lunes, 12 de junio de 2017

Enseñanzas de las mascotas.



¿Qué despiertan en uno los animales…? ¡Qué importancia tiene que nos despierten algo!!!! Porque cuando no se nos mueve nada al estar frente a un animal, quiere decir que hay un corte profundo con el resto de los seres y ahí ya no hay diferencia si es con los animales o humanos.
La sabiduría ancestral enseña que los animales domésticos son los perros y los gatos. Por el contacto con el humano, han perdido gran parte de su instinto original y poco se asemejan a sus antepasados salvajes.
En esta interacción entre animales y humanos se da un pacto implícito, una ayuda mutua, un compromiso de ambas partes.
El humano le provee de protección y alimento y los animales…..mucho, pero mucho en serio.
Gatos y perros tienen una característica maravillosa, pueden fusionar sus campos de energía con  el de su amo, a tal punto y especialmente los perros,  de tomar características físicas de  la persona a quien responden.
Los perros “eligen” a su dueño ofreciéndole amor incondicional, lealtad, compañerismo, protección, tolerancia, devoción, territorialidad y servicio.
Tener un perro es vivir con un maestro de estas virtudes a desarrollar. Nos ayuda a preguntarnos cuánto acompañamos a quienes amamos, cuán leales somos a nuestra familia, cómo protegemos a nuestros cachorros, cuándo y cómo percibimos el peligro, etc.
El perro se convierte en protector, compañero y sanador. Por su presencia tan física, tan notoria, por hacerte sentir importante, imprescindible, único;  por demostrarte que te extrañó, por depender de mimos y cuidados… cura heridas emocionales.
Sintetizando, el perro se maneja más con la energía física, material y a través de ella, despierta en el humano la capacidad de expresar el amor (en lo concreto), porque es extrovertido.
El gato, por su parte, se maneja con otras leyes y su influencia se da más en el plano etérico del humano, ya que su enseñanza es la Independencia.
El gato no se deja manipular con sentimientos de culpa o del deber ser. Él es. Se deja tocar cuando quiere, se acerca cuando quiere y se aleja cuando ya no quiere más. ¡Cuánta enseñanza para el humano que se maneja por conveniencia…!
Haber elegido a un gato como mascota, implica que tenemos que aprender de su curiosidad, astucia, protección física y sobretodo, de eso no visible pero que se llega a  percibir.
Quien convive con este tipo de animal debe aprender a desplegar la propia capacidad de sanación por medio de la intuición. Mientras tanto, hasta que su amo tome consciencia de su poder de curación, el gato se acerca y se posa justo en la zona afectada, por si quedaban dudas.

Según el Feng shui, el movimiento de un animal “limpia” energéticamente porque con solo transitar por la casa remueve lo estancado.

Cada mascota es única y si bien tienen un deva colectivo, al conectar su campo energético con el humano elegido, hay individualidad.
Así que déjense elegir por una mascota y ábranse a una conexión inigualable, a una transformación, a mejorar como persona amando la vida cuidando y dejándose sanar.

Lic. Ivana Rugini