domingo, 29 de marzo de 2020

Alacrán




He viajado a Córdoba en varias oportunidades y lo volvería a hacer una y mil veces más. Siempre descubro y aprendo algo que me modifica; cada zona y población tiene  algo verdaderamente encantador.
Entre todo eso maravilloso que compone la región están sus habitantes y otros seres…
Fue en el último viaje que tuve el honor (y debo reconocer que con terror) de estar ante algunos alacranes. No uno ni dos; fueron varios a lo largo de los días. Claramente no fui con la intención de ser aprendiz de un escorpión así que la madre naturaleza tuvo que mostrármelos de cerca varias veces para que cediera y los pudiera ver desde otra perspectiva.
Les cuento esto para que vean que no siempre el humano es el tenaz; la naturaleza también es persistente cuando quiere enseñar algo.

Partamos de la base que  por escorpión y alacrán nos referimos al mismo ser, solo que como modismo, aquí en Argentina se le llama coloquialmente alacrán.
Uno de los mayores aprendizajes es que los lugareños no le temen, no lo persiguen, no andan obsesionados por su exterminio; simplemente lo conocen y son precavidos.
Estamos hablando de una criatura que porta veneno, como muchos humanos que por bloqueos y traumas no superados se convierten en recipientes de emociones y pensamientos nefastos capaces de herir, matar o “picarse” a sí mismos.
Estar ante un alacrán o tomarlo como animal de poder con solo su aspecto te hace tomar consciencia del peligro que implica ser portador de veneno.
Así que con esta característica de su esencia expone que todas las vivencias traumáticas no sanadas, descarriladas y no perdonadas se convierten en algo tóxico y, por lo tanto, representan un riesgo para uno mismo y para los demás.
¿De qué está compuesto tu veneno? Tristeza, Culpa, Envidia, Resentimiento, Queja, Mezquindad, Pereza, Hastío, Vacío, Fastidio, Rabia Pesimismo, Avaricia, Odio, Venganza, Miedo, Resignación, Ignorancia, Manipulación, Narcisismo, Desconfianza, Agresión, Soberbia, Ambición excesiva, Fatalismo, Comparación, Sensación de impotencia, Crítica, Dependencia, Menosprecio, Apego, Vanidad, Obstinación, etc.
Los venenos son muchos y hay otros tantos más. La cuestión es que puedas identificar de qué esta compuesto el veneno que está en tu interior.
Al observar tu sombra, esa parte de atrás; podés empezar a tener dominio de quién sos y de lo que hacés.
El alacrán nos invita a no temer esa parte nuestra, él es el símbolo de que se puede andar por la vida sin dañar ni hacernos daño. Transmutar esa carga peligrosa en bagaje enriquecedor de nuestra persona y de la comunidad es la meta. Observando al alacrán, la dureza se transforma en ternura, el rencor en compasión, los celos en confianza y el miedo en amor.

Un detalle de la esencia del escorpión es que puede controlar la dosis de veneno que infiltra  por su aguijón. ¿Qué nos quiere mostrar con esto? Que a veces podemos ser muy hábiles en proporcionar una pequeña cantidad de dolor, de descalificación, de desconfianza, de tiranía, de desesperanza… no mata pero duele. ¿¡Cuántas veces  te ganó la indiferencia, la desidia, la cobardía o el miedo a no tener?!
Acordate de que transformar el veneno es la clave, no pinchar poco.

Con su andar a ras del piso viene otra lección. Conoce las vibraciones del suelo, así se orienta, ya que su visión no es buena. Si este animal te llega hondo quiere decir que muchas de estas  enseñanzas son para vos, por lo tanto es momento de dejarte guiar por las vibraciones/percepciones y no tanto por lo que ves. Tu pilar serán las sensaciones al entrar a un lugar o lo que intuís más allá de lo que te muestran.

Habrás escuchado que el escorpión representa la muerte y  el renacimiento; claro, no solo porque puede ser letal sino porque muda su exoesqueleto en varias oportunidades a lo largo de su vida. Cambia aquello que lo recubre y protege.
¿Estás comprendiendo que es eso lo que te insta a hacer? Al cambio.
Se pone como modelo para que te des cuenta de que es momento de que tus herramientas de protección sean otras a medida que vas madurando.
El escorpión manifiesta notoriamente el cambio. Suelta su “caparazón” con aspecto  disecado, porque es exactamente así como nos vemos cuando no cambiamos: momificados.

Si por esas casualidades te estás enterando ahora  de que este es tu Totem, a buenahora. El escorpión simboliza un gran mensaje y está en la tierra para que lo “veamos”.


                                                                                             Lic. Ivana Rugini