viernes, 29 de marzo de 2019

Un altar en casa



Reflexionando sobre cuestiones varias, el poder del Altar se refrescó en mi mente, pero particularmente, en mi pecho.
Recordé lo acostumbrada que estaba en mi infancia de entrar a una casa
y encontrarme con un altar; que no era otra cosa que una mesita en el living con las estampitas de los santos preferidos, alguna vela y con suerte, flores.
En la última casa donde vivió mi nonna, todo estaba pensado. Hasta el altar tenía su sitio; y eso que el espacio no sobraba.
 En el modular ubicado en el comedor,  uno de los estantes con puertas era para eso. Sobre un paño blanco inmaculado al que le había cosido puntillas como terminación, apoyaba imágenes maravillosas de los “Santitos” a los que les rezaba por cada uno de nosotros “y por el mundo entero”.
Cuando conocí  la visión chamánica,  la importancia del altar retornó a mi vida pudiendo mezclar armoniosamente aquella tradición del altar con la imagen de la mirada de un Cristo que derretía a cualquiera y los elementos de la Madre Tierra.

Un altar es un foco de luz, es darle un espacio del hogar a lo Divino. Es manifestar afuera la esencia de luz que llevamos en nuestro corazón. Es exteriorizar la fe en lo superior.
Si estás transitando ESE momento en donde sentís que en tu hogar debe haber un lugar designado  a pedir y  a agradecer, en donde puedas  tener una charla sincera con vos mismo acerca de tus creencias y en donde llegues a arrobarte en un rezo hasta las lágrimas; te recomiendo que te dejes guiar para elegir el rinconcito en el cual lo mundano sea sagrado y lo sagrado mundano. El objetivo de tener un altar en el hogar es que lo Divino esté a mano y que nosotros estemos conectados sin preámbulos ni intermediarios.

Para manifestar el equilibrio que hay en tu interior (generarlo o activarlo) te sugiero que en tu altar estén presentes los tres reinos: (mineral, vegetal y animal) y también, los cuatro elementos: (agua, fuego, tierra-madera y aire).

Siguiendo esta premisa, puede haber flores o una planta, un objeto que represente a algún animal (si ya conocés cuál es tu animal de poder, podés agregar algo que lo represente) y un cristal.
Solo falta que empieces a ponerle tu toque, con portarretratos, con imágenes espirituales de tu credo sabiendo que la energía superior es la misma que responde a varios nombres. Así que estamos todos unidos.
Es tu lugar de paz, de reconciliación, de perdón, de misericordia y de esperanza en donde se pide por uno, y en una instancia más elevada, se pide “por el mundo entero”.
La invitación a compartir tu casa con lo espiritual está hecha, ahora falta que le abras la puerta.


                                                                                             Lic. Ivana Rugini