viernes, 20 de octubre de 2017

Alergias

Alergias

Convivencia, tolerancia, paciencia, adaptabilidad…
Cuando algo del entorno, nuestro organismo lo siente adverso, peligroso o enemigo, reacciona con artillería pesada para expulsarlo de nuestro cuerpo.
¿A qué no nos estamos adaptando? ¿Qué estamos rechazando? ¿A quién? ¿Qué lugar, qué rol, qué situación no podemos aguantar?
¿Por qué antes sí y ahora no?
Hasta ahora yo no tenía alergia ni al polen, ni al pelo del animal, ni al moho ni a  nada.
Se ve que la crisis de los 40 tuvo su efecto mostrando que algo ya no lo tolero más.  Algo a lo que antes me adaptaba bien, ya no.
Pero…¿ A qué? ¿A qué cosa mi cuerpo lo decodifica como hostil?
Sabiendo cuál es el agente alérgeno que nos causa reacción, podemos afrontar mejor el aspecto de la vida con el que tenemos conflicto.
Será el polvo que representa la “suciedad”, la “sombra” de cada uno
Será el pelo de animal rechazando la ternura, el contacto, el amor…
Será el polen que simboliza la fertilidad y  la procreación…
Será un poco de todo porque con la edad viene el autoanálisis  de cuanta energía invertí en estar para otros, en hacer para otros, en mantener ciertos vínculos;  que ya no me queda remanente para adaptarme a nadie ni a nada más?
Sé y siento que la solución no es el ostracismo, aunque cuando uno se siente vapuleado por el entorno, huir es el plan A.
Cuántas veces cada uno de nosotros habrá querido ser ostra para poder cerrarle la puerta al mundo (con polvo, ácaros,  pelos, agresiones, presiones, exigencias, horarios, personas y trabajos que no disfruta) y así cubrirse, cuidarse y recuperarse…
Pero nuevamente la naturaleza  muestra su contratara. La enseñanza de la ostra es que, aún cerrada y protegida, con  dolor es invadida por  partículas de arena que logran llegar a su interior. Luego, con su magia y gran trabajo convierte esos granitos de arena en una maravillosa y valiosa perla.
Así que por más que nos marginemos, encerremos para resguardarnos, lo que tiene que modificarnos nos va a afectar y está en nuestro crecimiento interior si creamos una perla o más aislamiento.
Vivimos en un mundo con factores alergénicos…para algunos
(contaminación ambiental,  conservantes de los alimentos, medicamentos, etc).
Lo que algunos sufren, otros lo disfrutan; lo que para algunos es indiferente para otros es enfermante. .Algunos pueden /saben aceptar el medio, la sociedad y  en otros prevalece el rechazo o se sienten inseguros.
Los invito a tirar otra vez la moneda y a no dejarse atacar por lo que nos rodea.
 Si hay algo que modificar en nuestro estilo  de vida, ya sea ropa, alimentos o hábitos que no sea  entendido como hostilidad del ambiente sino como un cambio personal que refleja una transformación interior.
Desafiar y afrontar lo que nos atemoriza o rechazamos es la solución.

“Ladran Sancho, señal que cabalgamos”.  Dijo El Quijote de la Mancha.
Estornudo, señal de que tengo varias preguntas que contestarme…




                                                                                         Lic. Ivana Rugini