lunes, 21 de enero de 2019

La vida de camping






En la vida de camping se pone al descubierto la educación, el respeto y la paciencia/tolerancia al estilo de los otros porque la música de distintos géneros se entremezcla, a diferente volumen, escuchás las conversaciones ajenas y hasta te dan ganas de opinar,  comés prácticamente con los vecinos de adelante, de atrás, de un costado y del otro.
No hay ni paredes  que dividan el territorio de cada clan. Estamos tan cerca unos de otros que a veces la separación es de centímetros.
Es terapia de shock para varios tipos de fobias.

Con buena predisposición encaré la aventura de volver a acampar después de muchísimos años.
El destino elegido: Camping Municipal de Capitán Sarmiento, Pcia de  Bs. As.
Si bien la comodidad de un hotel o la calidez de una cabaña fueron tentadoras, la carpa fue la motivación de este viaje.
Lo que para mi es una eventualidad, para muchos la vida de camping es un estilo de vida; es cómo eligen descansar y se equipan para recorrer y conocer lugares a través de sus zonas para acampe.
Fue una experiencia que me retrotrajo a tiempos y viajes con mis abuelos. Ellos proponían la salida y el que se subía al auto a tiempo, iba. Sin destino premeditado, sin reservas previas; con carpa, con sol de noche, con garrafa y hornallita las vacaciones se iban definiendo sobre la marcha.
 Esos maravillosos recuerdos tienen más solidez, valor y amor hoy que la misma carpa vuelve al ruedo.
La misma.
Mis abuelos ya hicieron lo suyo. Sembraron en mí las ganas de recorrer, de pasear, de conocer improvisando comidas, charlando con cualquiera que se les cruzaba y compartiendo lo que había;  parando en donde sea hasta llegar a quién sabe dónde… Así eran sus viajes. Toda una aventura de principio a fin.
Dejaron  a su paso muchas cosas intangibles  y  materiales; entre estas últimas quedó “la carpa” con la satisfacción inmensa asegurada cada vez que  vuelva a  ser desplegada.
Ya está viejita, oxidada y rota pero saber que era esa la que nos acompañó en las travesías me da una motivación extra para transmitirle eso mismo a mi hija.
Todo sea por haberla encontrado.
A modo de propuesta para extender la felicidad que experimenté, revisen qué objeto, herramienta o utensilio aún está arrumbado en algún rincón de sus casas,  y hagan lo posible para que vuelva al ruedo;  porque esa es la función de las cosas: continuar en movimiento en honor de quien ya no está.

Lic. Ivana Rugini

Acompañarte




De pequeño uno es acompañado a todos lados por cuidado,  amor y protección.
De joven es uno el que acompaña y se deja acompañar por camaradería, por afinidad o por diversión.
De adulto, cuando supuestamente ya no se necesita que “te lleven” o que “pregunten por vos” y el tiempo disponible para otros no abunda, un dilema viene asomando…
Cuando uno al fin siente que se vale por sí mismo y va queriendo organizar la vida y sus tiempos; se da vuelta la taba, porque son aquellos que nos cuidaron, amaron y protegieron los que requieren  de nosotros, de nuestro tiempo, fuerza,  memoria y ubicación.
Al principio la desazón parece carcomer el equilibrio emocional y  uno se siente víctima del destino hasta que la comprensión llega y te das cuenta de que realmente los ciclos están sabiamente programados y simplemente lo que hay que hacer es dar el paso hacia el siguiente ciclo: Estar para los padres.
Sin duda que este ciclo será más duro para quien no tenga con quien turnarse ni tirar la moneda. 
Y así, el oleaje de la vida nos enfrentará a tener que repartirnos entre nuestra salud, pareja, hijos, trabajo, amistades, padres mayores, las cuestiones del hogar y un etcétera largo con horarios que no nos dan mucho margen de negociación.
Solo queda transitarlo.
Me cuestiono el cómo. ¿Qué ceder sin reprochar ni reprocharme después?
No por nada, acompañar es un arte.
No solo por saber cómo y cuándo estar, ayudar, compartir sin anular e invadir;  sino también sin descuidar  a las otras áreas de la propia vida.

Arte. Una palabra tan abstracta para mí hasta hoy, que termina siendo mi guía acompañando mis pasos.


                                                                                     Lic. Ivana Rugini