viernes, 15 de marzo de 2019

Lo poco que muestra una foto




Reserva Pehuen Co- Monte Hermoso, Provincia de Buenos Aires.
Caminando hacia la zona protegida donde están  las huellas humanas  plasmadas en la roca desde hace 7000 años, una criaturita me enterneció asomándose en la arena de la playa.
Un cangrejo diminuto y casi transparente se salvó de milagro de ser pisado. Por “casualidad” lo vi, por lo tanto, me sentí obligada a dedicarle  mayor atención a su esencia y aprender de ella.
Son varias cuestiones las que abarca en su Maestría este ser, comencemos por su caparazón fuerte y resistente, que nos guía a  preguntarnos si  estamos demasiado acorazados en cuanto a lo emocional; o justamente es esto lo que estamos precisando…
La armadura es acompañada por un par de pinzas que utiliza para conseguir el alimento, para el cortejo y para pelear cuando es necesario proteger el hogar.
Observar esas pinzas me llevó a plantearme cuánta gente no toma total consciencia de las herramientas personales y materiales con las que cuenta, ya sea para abastecerse, seducir a su pareja y proteger a su familia.
Que un animal haya evolucionado  generando pinzas (desproporcionadamente llamativas) en dos de sus patas, enseña que en oportunidades hay que mostrar el lado más aguerrido para lograr subsistir. Si alguien está  transitando un momento de pasividad extrema y ve cómo otros “lo pasan por arriba” como se suele decir, la sugerencia es dejarse aleccionar por el comportamiento de esta criatura que con su  tenacidad y rudeza encara cualquier adversidad. Confía en su poder.

Otro aspecto a observar es la manera en que se traslada. No lo hace de una forma convencional hacia adelante;  y es claramente ese otro modo lo que nos insta a movernos permitiéndonos ser y hacerlo diferente.
Hay mucha gente cuestionándose sus limitaciones motrices y descalifica las opciones que tiene; prefiriendo no llamar la atención. Para ellos, el cangrejo es digno de contemplar  y de tomar como ejemplo para adquirir el coraje necesario de salir usando sillas de ruedas, andadores, bastones, muletas, zapatos ortopédicos o lo que fuera que precisen para seguir moviéndose sin importar las miradas ajenas.
Pasando de lo concreto a lo metafórico, el cangrejo como animal de poder insita a descubrir el camino propio, de manera particular sin plano de rutas.
Para quien se siente muy solo transitando la vida sin apoyos emocionales, podrá refugiarse en la conducta del cangrejo que con su perseverancia y guiado por el ritmo del agua (emociones) llega al destino que solo él se ha fijado.

Vamos por más porque la naturaleza del cangrejo nos ofrece otra lección importante: la danza que suele hacer cuando logra la victoria por una hembra nos invita a pensar cuánto y cómo exteriorizamos los momentos de triunfo, tan necesarios en lo personal como en lo colectivo. El poder de la danza genera alegría que se comparte y contagia.

La foto que marca el encuentro con el cangrejo poco dice de todo lo que me proporcionó a nivel personal. Solo puedo contar mi experiencia para que otros se dejen fascinar por la sabiduría de este pequeño ser y de todo lo que tiene por mostrar.


Lic. Ivana Rugini