viernes, 26 de junio de 2020

Porto de Galinhas II La sabiduría de los arrecifes de coral.


  
Muchos pobladores viven  de la pesca y otros del turismo ofreciendo el traslado en “jangadas” (botes a vela)  hasta las piscinas naturales que  quedan al descubierto cuando la marea baja. La oportunidad no la podíamos dejar pasar y eso hicimos.
La pileta habilitada para turistas está circundada por una soga señalando dónde hay que pisar para no maltratar a ese ser vivo tan sólido y frágil a la vez que es el coral.
Fascinante. Parece piedra, parece inanimado, parece una estructura.
Como todo en la vida, el coral tiene una misión, un para qué, una función;
solo espera ser observado para mostrar con más profundidad lo que viene a enseñar. Cuanto más lo registramos, más nos transforma.
La Naturaleza es una fuerza que refleja en sus criaturas cada aspecto del humano; por lo tanto,  a los arrecifes de coral aunque siempre estuvieron allí, los vemos  cuando es momento de captar su mensaje:
Trabajar en nuestra estabilidad, sostén, adherirnos a un suelo, sentirnos parte de un lugar, apropiarnos de un sitio, de un rol, de una profesión, de vínculos, y de dones para poder finalmente desplegarnos con soltura y crecer.
Si cada uno de nosotros se desarrolla como el alma espera, permitimos que otros encuentren su lugar en el mundo, cerca o lejos, pero con  nuestro apoyo, tranquilidad, templanza, equilibrio y la palabra justa para que la  convivencia sea armoniosa.
A nivel individual, el mensaje del coral es que  revisemos y apuntalemos lo que nos estabiliza; desde nuestro sistema óseo hasta nuestros valores. Esto nos lleva a analizar aquellas situaciones que nos han hecho trastabillar y así hemos querido huir o hemos querido echar… El análisis es válido y la decisión también. El coral no nos obliga a morir en el mismo lugar; nos invita a nutrirnos de otros y a convidar lo que somos y tenemos.

Estar frente a un arrecife de coral es como si estuviéramos delante de la película de nuestra vida mostrándonos claramente nuestro pasado como individuo y humanidad. Nos lleva a observar y hacer el paralelismo sobre cuánto estamos adheridos al suelo, permitiéndonos cinturear los vaivenes de la vida; cuánto hemos crecido; para arriba o para los costados, a costa de qué o de quién; a quién alojamos y a quién desterramos; nos topa con la realidad si en nuestro despliegue llevamos belleza, armonía, diversidad, comunidad, generosidad o nos vamos secando y quebrando haciendo que nadie se nos acerque…

Muy a nuestro pesar, la experiencia  de hacer snorkel  viendo de cerca la danza de los peces multicolores dura poco; lo que el mar tarda en subir (unos 40 minutos aproximadamente). Cuando la marea sube y comienza a tapar las piscinas, todos los jangaderos invitan a los turistas a volver  a la costa y contratarlos para hacer el mismo recorrido pero de noche. Esa excursión quedó pendiente así que el arrecife de coral y sus inquilinos ya nos volverán a ver en otra oportunidad a la luz de la luna.        


  Lic. Ivana Rugini


 







jueves, 4 de junio de 2020

Porto de Galinhas I Nuestra luna de miel


Los preparativos de la boda iban sobre ruedas hasta que nos topamos con el ítem: Luna de miel. Faltaba muy poco para el Gran Día pero no se nos ocurría a dónde ir para conocer, disfrutar y descansar.
Como primera medida descartamos recorrer una ciudad superpoblada de gente, autos y monumentos. El segundo paso fue decidir entre montaña o playa; y la balanza, sin dudar, se inclinó para el lado de reposeras, palmeras y mar azul.
El sueño consistía en ir a un lugar hermoso, tranquilo y desolado. Habiendo aunado el criterio y las expectativas, lo dejamos en manos de la agencia de viajes. Dijimos las tres palabras mágicas y entre las opciones que nos dieron Porto de Galinhas, en Brasil, nos cerró en todo sentido.
Llegamos a Pernambuco, estado del nordeste de Brasil, y en el aeropuerto de Recife nos esperaban para trasladarnos a nuestro destino final a 64 kilómetros al sur de allí.
Nos sorprendimos con un pueblo decorado con gallinas esculpidas en troncos de palmeras dispersas por las calles céntricas. Siempre bello y colorido, pero con la intención  subyacente de que todos sepamos el origen de ese lugar.
Cuando se abolió la esclavitud, los negreros seguían traficando esclavos provenientes de África y la contraseña era gritar en el puerto: “¡Llegaron las gallinas de Angola!”
Veamos qué representan las gallinas para el Gran Libro de la Madre Naturaleza porque aunque nada es casual, hay que comprender el mensaje…
 La gallina tiene la misión de despertar la consciencia de la energía de la voz, especialmente de la voz interna.
¡¿Qué paradoja simbolizar el cacareo estrepitoso en personas ultrajadas, acalladas y desterradas para someter de por vida a los caprichos de otro que se considera superior?!
El tiempo no se puede volver a atrás, pero si se puede compensar hoy las atrocidades del pasado escuchando a todos, respetando las distintas voces y pareceres, igualándonos como hermanos dentro de esta gran familia humana. El concepto de la protección de la familia y de la comunidad es parte de las lecciones que dan las gallinas. En nuestro inconciente colectivo asociamos correctamente a la mamá gallina cuidando y guiando a sus pollitos. Nos transmite con maestría el instinto maternal, ayudándonos a priorizar la familia por sobre todas las cosas. (La familia micro y la familia macro).

Estos seres también enseñan que en cada amanecer hay una oportunidad para ser aprovechada con intensidad y desplegar así talentos y aptitudes.
La gran sabiduría se manifiesta nuevamente al mostrarnos con claridad cómo hay que despertarse: con fuerza, con entusiasmo, con esperanza y con amor. Tal como este pueblo se erige. Tal como se forma una pareja.

Porto de Galinhas es un lugar excepcional para ir de Luna de Miel reafirmando que una pareja está a la par mientras las voces de cada uno sean escuchadas, respetadas y comprendidas.

Lic. Ivana Rugini