viernes, 4 de mayo de 2018

Mendoza y el Cóndor


Conociendo Mendoza, la visita obligada fue el Parque General San Martín y toda su gran magnitud que apabulla;  pero ante el tamaño y la belleza de ese sitio, mis ojos se posaron en la escultura de un Cóndor que da la bienvenida sobre el portón de ingreso.
En el mismo parque, entre fuentes y esculturas maravillosas, se encuentra el homenaje al Ejército de los Andes, el Monumento del Cerro de la Gloria.


 La obra tiene una base de piedra cordillerana. La figura ecuestre de San Martín lo muestra pensativo, con los brazos cruzados sobre el pecho y mirando al horizonte. A sus costados hay dos grupos de los históricos Granaderos a caballo. Detrás hay tres frisos con sucesos relacionados con la formación de aquel ejército. Hay imágenes de fray Luis Beltrán; de mujeres donando joyas para aportar fondos a la campaña junto a gente humilde dejando objetos y otra con lo que fue la partida hacia Chile.

Los frisos laterales tienen 15 metros de largo por tres de alto y hasta un metro de profundidad. Además, están los escudos de los tres países que liberó ese ejército. En la cumbre de la obra se ve una mujer con cadenas rotas en sus manos, como símbolo de la libertad. Junto a ella grupos de Granaderos en acción de ataque y un cóndor con las alas desplegadas, símbolo de la cordillera. http://www.diasdehistoria.com.ar/content/la-historia-del-imponente-monumento-del-cerro-de-la-gloria
En mi mente resonaba la enseñanza espiritual del cóndor y su relación intrínseca con la libertad.
Siendo el ave voladora más  grande del mundo, invita a descubrir su hermosura, ya que no la ostenta en su exterior. Es a través de sus acciones como representa una  gran obra de bien  para el hombre y el ambiente.


Es carroñero y pese a tener una connotación negativa, la mayor enseñanza nos la da por esa característica. No mata, come cadáveres nutriéndose de lo que provocaría contaminación e infecciones.
Limpia el entorno, recicla volviendo útil y nutritivo lo que aparentemente  ya no lo es. Llevándolo a la sociedad, toma un rol que muchos consideran de manera peyorativa pero que al registrar en profundidad su labor, se puede considerar su importancia.
También, la visión del cóndor y su elevado vuelo invitan a ver las situaciones que nos atascan desde arriba, teniendo un mayor y mejor panorama acerca de donde venimos y hacia donde vamos.  Necesitamos esa visión panorámica para no ahogarnos en un vaso con agua y para no repetir errores!!!!
Cuánta sabiduría transmite el cóndor, a quien se detiene a valorarla.
Con solo observar sus costumbres, remueve creencias que nos obstaculizan, hábitos dañinos que no colaboran con la vida en comunidad ni con nuestro despliegue.
La cuestión, es que la visita a ese Parque caló hondo en mí porque al estar frente a ese imponente Monumento, pisando ese suelo, viendo las cadenas rotas, me hizo comprender que hay cadenas internas que ningún prócer ni héroe puede cortar por nosotros. Debemos preguntarnos qué hábitos y comportamientos debemos quitarnos, en qué aspectos nos sentimos sometidos, qué traumas nos atan al pasado, etc.
Mendoza, la cordillera y el cóndor  enseñan la importancia de la libertad que ya poseemos, que ya mismo podemos vivir y disfrutar en menor o mayor medida, dependiendo de cuanto nos animemos  a trascender.

                                                                        Lic. Ivana Rugini