miércoles, 27 de noviembre de 2019

Terapia de vidas pasadas




La TVP está  considerada dentro de lo que llamamos Terapia Transpersonal, ya que va más allá de la “realidad que conocemos” permitiéndonos llegar al origen del problema, síntoma o bloqueo por los cuales se consulta.

¿Cómo se trabaja?
Todo comienza con una entrevista en la que el consultante comenta lo que lo lleva hasta allí, lo que necesita destrabar, comprender y soltar.
Bajo la premisa de que una circunstancia actual recuerda una del pasado y que el alma repite lo que aún no resolvió, el terapeuta invita al paciente a recostarse en una camilla o diván y lo guía  con distintos ejercicios hasta llegar al punto que hay que sanar recorriendo síntomas, emociones o creencias que aquello haya desencadenado.

¿Qué podemos tratar con esta técnica?

 Todo tipo de dolencias físicas, experiencias traumáticas, sensaciones limitantes: (siento que no avanzo, no puedo comprometerme con alguien, no me decido por ninguna carrera, etc.), todas estas cuestiones son motivo de consulta de la TVP.
Y algo que tal vez resuma muy bien el por qué llegar a una sesión con este abordaje es que se puede tratar cualquier reacción exagerada.

Miedo al agua, a la oscuridad, a la gente, a las responsabilidades, a volar, a manejar, a vivir solo, a formar pareja, a los objetos punzantes, a tener hijos, a padecer enfermedades severas, a no agradar y ser marginados, a provocar enojo en otros, a tener dinero o a no tenerlo, a la exposición, al abandono, a no tener un sentido de vida, a la libertad, a la injusticia, a los excesos, a la ignorancia, a la violencia, a las tragedias, al fuego, al encierro, al porvenir, a los abusos, a la traición, a la muerte, a hablar en público, a decir lo que se piensa, a la sangre, al fanatismo, al dolor, a los animales, a la locura, a la vejez, a pasar hambre, a la incomprensión, a la soledad, y un largo etcétera son consultas abordables con esta técnica.

No es necesario creer en las vidas pasadas para recurrir a una sesión de terapia regresiva, simplemente basta con sentir la necesidad de empezar a vivir en paz, salud y armonía el día a día de nuestra existencia.

Lic. Ivana Rugini
Terapeuta de Vidas Pasadas                      
Miembro de la Asociación Argentina de Terapia de Vidas Pasadas


domingo, 24 de noviembre de 2019

A las corridas




 “Estoy a mil”,  “Ando de acá para allá”, “No paro”, “No me da la vida para hacer más” son frases escuchadas pero también sentidas como propias. Intento correrme de esa exigencia insaciable de estrujar la agenda siempre un poquito más, porque lo escrito en un papel conlleva la culpa implícita de lo que el cuerpo no llega a realizar.
Todo está programado como predisponiéndonos a hacer todo rápido y a que nunca alcance el tiempo para lo que supuestamente debía alcanzar. La sensación de frustración es inevitable…
No poder, no llegar, no haber organizado mejor las cosas son latigazos en la espalda. Eso es lo que flota en el aire y la ansiedad castiga no permitiendo ESTAR en ningún lado. Solo cumplir, si es que se llega.

Una situación surgió en Zárate, en la casa de mis viejos, que vino a romper el esquema de lo pautado. No tenía idea de lo que me iba a encontrar; un problema doméstico escondía un gran mensaje espiritual para mí y creo que para muchos más.
Colgada de una escalera precaria, viendo cómo el electricista revisaba una instalación en la terraza, sin advertirlo estaba rompiendo la paz de una torcacita que cuidaba a su pichón.  Llegué a ver solo uno porque en cuanto me di cuenta salí de su territorio para que siguiera en lo suyo, en su aquí y en su ahora.
Esa imagen fue un golpe bajo. La palomita se estaba tomando el tiempo de estar en el nido para cuidar a su cría.
Ahí indefinidamente. Sin contar horas ni minutos, ni pensar en el después.
Me recordó que en metafísica la paciencia es mucho más  que la Calma o tranquilidad para esperar.  La paciencia es la ciencia de la paz.
Si a la paz se la concibe como: Situación o estado en que no hay guerra ni luchas entre dos o más partes enfrentadas, la tortolita emanaba paz al tomar con paciencia  aquello que urgía: anidar. Sin discusión ni murmullo mental.
De esta manera se entiende por qué la paloma es el emblema de la Paz y del Amor; manifiestan amor las cosas y relaciones  en las que elegimos estar y en lo que queremos hacer.
Gran aprendizaje para mí que viajé “obligada” a ocuparme de algo que no es mi metier. No era justamente paz lo que destellaba mi mirada…
Entonces, para los que se descubran haciendo algo sin ganas y no haya armonía en su interior, ya saben a qué criaturita observar y tomar como animal de poder.
La sabiduría de la paloma torcaza o tórtola es:
·        traer paz y amor al momento presente.
·        La paz y la paciencia vienen de la mano de la dulzura y esta cualidad es la que la paloma nos ayuda a activar.
·        Es un mensajero espiritual que llega en el momento justo en que necesitamos orientación elevada, detrás de su presencia hay una fuerza superior que vela por nosotros.

La Madre Naturaleza nuevamente me marcó el camino de regreso al eje.
Observen con qué animales los está llamando a ustedes.


                                                                          Lic. Ivana Rugini

viernes, 1 de noviembre de 2019

Registros Akáshicos


Los Registros Akáshicos son los archivos que componen  “El libro de la vida”. Es la información del pasado, del presente y de los potenciales del futuro.
Cuando el concepto de R. A. llega a nuestra vida es una señal de que el alma tiene la clave para salir de los problemas e incertidumbres repetitivas.
Requerir una lectura del Registro Akáshico es conectarse con la sabiduría del alma y permitir que nos llegue la información  de manera más amplia para abordar el “aquí y ahora”.
¿En qué consiste una lectura de R. A.?
Al abrir los R. A. del consultante, el lector comienza a percibir la información disponible para esa persona en este momento evolutivo. Dichos conocimientos pueden referirse a situaciones o vínculos problemáticos, bloqueos profesionales, miedos, dudas existenciales, cuestiones de salud, etc.
El consultante puede hacer preguntas y repreguntar en todo momento.
¿Qué tipo de preguntas pueden formularse?
Todas aquellas cuestiones que enriquezcan el desarrollo personal y espiritual de quien consulta.
A modo de ejemplo:
¿Por qué y para qué me está sucediendo esto…?
¿Qué tengo que aprender del vínculo con…?
¿Cuál es el origen de esta  enfermedad?
¿Dónde se aloja el bloqueo a la abundancia y al amor de pareja?
¿Por qué todo me cuesta tanto?
¿Qué tengo que aprender de mis padres? ¿Por qué los elegí?
¿Qué necesitan mis hijos de mí? ¿Para qué me eligieron? ¿Qué vienen a mostrarme ellos?
¿Qué vengo a manifestar en esta vida? ¿Cuál es mi misión?
Los efectos inmediatos de una lectura de R.A. consiste en:  paz y  alivio dispensados por la comprensión del origen de lo que nos aqueja, además de  aportar la claridad, la posibilidad y las herramientas para el cambio.
Nadie se va igual después  de una lectura de registros. El alma encuentra su lugar para expandirse y ser escuchada…

                                                            Lic. Ivana Rugini


REIKI



REIKI  es un concepto japonés que significa "energía vital universal".
Esta energía vital universal es la que está en todos lados y todos la tenemos o, mejor dicho, somos.
¿En qué consiste una sesión de REIKI?
En un ambiente agradable y con música suave el terapeuta propicia la relajación del paciente. La sesión comienza con una breve conversación en la que el paciente comenta cuales son las afecciones que le preocupan y así va determinando el objetivo de esa sesión. Luego se acuesta en la camilla y con los ojos cerrados, para  una mayor relajación, se dispone a disfrutar de la música y del movimiento de la energía. Mientras tanto el terapeuta, por medio de la imposición de manos, va equilibrando la energía del paciente que, por estar bloqueada en alguna zona del cuerpo, provoca dolencias.
Recordemos que la salud no es un estado sino un proceso que se actualiza permanentemente de acuerdo con nuestra historia genética y con nuestro estilo de vida.
Resumiendo, sería el bienestar físico, emocional y mental.
Los síntomas corporales son el modo en que se manifiestan los cambios en la conciencia. Un síntoma es una señal que atrae la atención porque molesta o limita en algún aspecto. Por este motivo lo primero que se suele hacer es tomar una aspirina para "volver a estar bien y poder seguir con nuestro ritmo". Desde la teoría que me acompaña, no hay que eliminar el síntoma sino conocer la causa de lo que provocó el desorden de las funciones vitales concibiendo a la molestia como aliada para lograr vivir en plenitud.
Con Reiki se alcanza una relajación profunda que promueve la disolución de los bloqueos físicos y mentales; al distenderse los órganos contraídos permite una mayor fluidez de energía y la eliminación de toxinas. Al estar desintoxicado, el organismo puede utilizar más cantidad de energía vital.

Las sesiones de Reiki son sumamente útiles para estar equilibrados como también cuando se transita  una enfermedad. REIKI es una terapia complementaria de la medicina tradicional, por lo tanto, el beneficio para quienes llevan adelante un tratamiento médico será la disminución al máximo de los daños colaterales de la medicación tradicional.
Los efectos inmediatos de las sesiones son:
·        Relajación profunda
·        Liberación de energía bloqueada
·        Desintoxicación
·        Mayor energía vital curativa (vigor)
·        Claridad mental

En esta práctica,  la frecuencia de las sesiones la dispone el paciente. Se sugieren  procesos de cuatro sesiones para trabajar en profundidad los cuatro cuerpos (físico, emocional, mental y espiritual), y de esta manera abordar integralmente al paciente y su motivo de consulta. Dado el caso y la situación que se esté transitando, las sesiones pueden darse semanal, quincenal o mensualmente; como también cabe la posibilidad de requerir una “armonización” en ocasiones aisladas.                           

                                                                                          Lic. Ivana Rugini

viernes, 18 de octubre de 2019

Naranjas





Entre Ríos es una provincia que me cautiva más a medida que la voy descubriendo. Yendo hacia Chajarí, pasando de localidad en localidad, los puestos  de la ruta ofrecen naranjas de ombligo en bolsas de red mostrando claramente cuál es la riqueza de la zona.
Las plantaciones de citrus a los costados de la ruta hacen más vistoso el camino. El paseo mismo nos guió hacia El Pueblo de las Mandarinas, Villa del Rosario, en donde una escultura que emociona recibe al viajero recordando el trabajo de los italianos que poblaron la zona y se dedicaron a la citricultura en familia.
Me gustó pero también me pinchó porque caló hondo en algo que el citadino no tiene presente a menudo: el trabajo rural, los productos de la naturaleza a disposición sin la mediación de un supermercado.

Al estar en otro lado uno se abre a conocer de los demás, qué hacen y cómo, qué comen, a qué se dedican, cuáles son sus costumbres…
Es fascinante ver a jóvenes caminar por el centro de Concordia con el termo bajo el brazo un sábado a la noche, o encontrar termotanques a lo largo de la costanera de Gualeguaychú con la temperatura justa para que la gente se sirva libremente agua para el mate y que en la mesa de un restaurante de Chajarí en vez de pan te reciban con mandarinas gigantes para que esperes el pedido comiendo unos gajitos.
Me pareció una propuesta sana y localista, dando a conocer los recursos y virtudes del lugar. Me dejé atrapar por el llamado de las naranjas y nuestras costumbres fueron modificadas durante las vacaciones. El día comenzaba con un exprimido y el postre podrán adivinar lo que era.
Conseguimos una yerba de yuyitos suavecita que evidentemente a la Ciudad de Buenos Aires no llega y hasta tomar mate tuvo algo distinto.
Estuvimos pocos días, los suficientes para aprender, para disfrutar, y para poder conectarnos con la riqueza de lo natural.

                                                                                            Lic. Ivana Rugini


El Palmar





Me había tomado el gratificante trabajo de averiguar cuáles eran los Parques Nacionales de la Argentina y El Palmar parecía el más cercano, considerando que partíamos desde la Ciudad Autónoma de Bs. As.
En familia, con la beba y sumando su cochecito para disfrutar de la aventura, emprendimos viaje.
Destacando que El Palmar es Parque y Reserva, invita a registrar su flora pero también su fauna. Por ir con el carrito, que no era todo terreno, no fue del todo sencillo hacer todos los recorridos que habíamos planeado, pero la experiencia nos aguardaba un encuentro especial. Después de una larga caminata, paramos a descansar y comer allí mismo dentro del Parque donde un lagarto de tamaño importante recorría las mesas cual  mozo  anfitrión. Bello, manso y atractivo se acercaba a los comensales como si deseara ser admirado.
Estar tan cerca de esta criatura me hizo aprender que el lagarto overo es de la misma familia que las Iguanas (que son de América del Norte y Central) y para  la madre naturaleza tienen la misma sabiduría: invitan a trabajar  en nosotros la separación del ego y dejar ir lo que se pierde para poder regenerarnos en una versión mejorada.
No es volviendo a tener lo que se tenía lo que nos hace crecer, no es volviendo a ser lo que se era, lo que nos hace evolucionar.
A estos animales se los asocia con la energía positiva por estar bajo el sol; contemplar y aceptar son sus enseñanzas.
Cuando entramos en contacto con estos seres, la sugerencia es que encontremos la paz en nuestros quehaceres, que permitamos que el orden del todo se manifieste comprendiendo que hay un ritmo superior al que le impregnamos nosotros a la vida.
El disfrute de lo pequeño, de lo que siempre está ahí (simbolizado en el sol) es su gran medicina.
Para aquellas personas que suelen quejarse como mecanismo de defensa, que sienten que la alegría y las ganas de vivir no son características en su haber, para quienes necesitan tener una visión a ras del suelo y ver que estén donde estén puede darse lugar a la paz, el lagarto o la iguana es un excelente animal de poder. Observemos cómo toma sol para regular su temperatura y eso nos va a dar la clave de lo que debemos hacer para autorregularnos. Tomar sol mejora nuestro sistema inmunológico, mejora nuestro estado emocional, y por lo tanto, nuestra manera de tomar la vida.
                                                                                                                                             
Si precisan un encuentro cercano con un lagarto acérquense a este maravilloso Parque Nacional donde las Palmeras hicieron que se pose la mirada allí por congregarse todas juntas llamativamente en un mismo sitio, pero quizás el Orden esté dado en que lo grande preserva a lo pequeño que anda por el suelo buscando el sol.

                                                                            Lic. Ivana Rugini

lunes, 7 de octubre de 2019

Saltos



La mudanza de los Rugini mayores se hizo inevitable. Creo que cada uno en su interior la venía procesando hace mucho; y poniendo excusas también.
Me tocó recibir en Capital el camión que venía cargado desde Zárate con “toda una vida”.
Ordenando las pertenencias de mis padres, algo había entre ellas que me hizo dar un salto hacia atrás. Antes de ver realmente de lo que se trataba, el miedo de encontrarme con “algo” amenazador me invadió. Luego, al descubrir que era una langosta la que también había sido desterrada sin querer comprendí que algo tenía para decirme.
La reina naturaleza enseña que cuando una langosta o un saltamontes se nos aparece viene a confirmarnos que estamos dando un “salto de fe”; que nos tiramos al vacío confiando que es lo que debemos hacer, y que un borrón y cuenta nueva se produce en nuestras vidas porque el terreno en donde nos posamos es desconocido.
Nuevas experiencias nos esperan y mis padres con su edad avanzada siguen acompañando a su hijo a donde sea necesario.


La langosta es portadora de un mensaje esperanzador porque nos vaticina que podremos saltar obstáculos mirando siempre hacia delante.
Así que en eso andamos, tomando los desafíos de la vida de uno en uno pero juntos para aprovechar mejor el impulso.

                                                          Lic. Ivana Rugini

viernes, 27 de septiembre de 2019

Megaterio




Pehuén Có, Provincia de Buenos Aires, es conocida por ser la “Cuna del Megaterio”, un animal prehistórico gigante (de más de cinco metros de largo) que resultó ser familiar del Perezoso de hoy.
El megaterio habitó esta zona hace 10.000 años, caminando sobre sus cuatro patas y usando su cola como apoyo. Herbívoro en su alimentación, parece que era agresivo con otras especies y con la propia, sobre todo en época de celo.
Fue el mamífero terrestre más grande de América, así que por sobresalir tanto, merece que nos tomemos un tiempito para aprender de él y cuidemos el yacimiento de sus huellas en una zona protegida del balneario donde ruegan que el agua y el hombre no estropeen lo que aún se conserva como sagrado.
Registremos la virtud del perezoso haciendo la salvedad de que el megaterio, por su gran tamaño, no era arbóreo; pero sí mantiene características comunes en donde su esencia nos invita a analizar:
·        la sabiduría del movimiento lento.
·        el valor de la pereza.
·        La tenacidad

Para quienes viven en la velocidad constante, con agendas apretadas, con más obligaciones de las que se puede asumir, con horarios pautados hasta para un descanso, observen al perezoso cómo manifiesta otro tipo de comportamiento, otra manera de encarar la vida, encarnando otros valores.
La idea es que podamos respirar esa esencia, contemplar e incorporar el mensaje que transmite este animal para tener a mano su impronta, y así poder contar en nuestro inventario con la posibilidad de hacer algo lentamente para llevar allí  la conciencia y dejar de hacer todo en automático llegando a olvidarnos lo que hicimos, lo que comimos o dónde estuvimos.
El perezoso sería un muy buen animal de poder para aquellos que no registran el paso del tiempo y de lo que hacen en ese tiempo; para quienes están activos por demás abarcando cosas, temas y problemas, no permitiéndose un respiro por considerarlo inapropiado.
Este bello y tierno animal nos da mucho que pensar en estos tiempos de preocupaciones y exigencias…
Quizás nos esté animando a que detengamos la marcha un rato para simplemente hacer nada y descubrir qué es eso de poner la mente en blanco, aquietar el cuerpo y permitirnos dejar de hacer…


                                                                                Lic. Ivana Rugini

viernes, 20 de septiembre de 2019

El trabajo en mi familia


  
Por trámites viajé a Zárate con tiempo como para recorrer sus calles como hacía mucho no hacía. La “casualidad” me llevó a pasar por Pellegrini 928, propiedad que en mi infancia funcionaba una Pensión y mis abuelos regenteaban. Allí viví viendo cómo se hacían las camas, se recibía amablemente a gente desconocida, se entablaban lazos profundos con quienes se alojaban.  Mis primeros 9 años transcurrieron entre lavados de sábanas y planchados por parvas. Hoy, a la distancia, puedo decir que el trabajo de mis abuelos me marcó para bien, porque me dio la posibilidad de llenar el casillero mental de cuál era la profesión/ ocupación de cada uno. Y hay más. Mi abuela era modista (corsetera y pantalonera) con pasión por las telas, a tal punto, que sentía como un pecado tirar retacitos. Todo servía, con cualquier cosa hacía  un repasador,  un delantal,  un vestido para mi comunión, o ropita para mi muñeca. Una habilidosa, sin ninguna duda pero con unas ganas de trabajar únicas.
Hoy su máquina de coser me fue legada. Demasiado grande para mí que evidentemente no nací con el don aunque le pongo garra.

Mi abuelo trabajaba en ENTEL y mi niñez se vio movida por sus horarios nocturnos de trabajo en la oficina y su cena tempranito en la que yo aprovechaba y me sentaba cerquita para ligar un pedacito de escalope a las 18 hs.
Mi nonno tuvo su lugar en el sistema, tuvo su puesto, su ingreso y hasta su fiesta de “egresado” cuando le llegó la jubilación. De su trabajo y posición recuerdo y agradezco haber tenido teléfono fijo pronto en una época en la que iban otorgando con demora el preciado aparato verde con disco y que para que no haya abusos en su uso alguien le ponía un candadito en el primer agujero de los números.

Mi mamá era maestra de la escuela 29. Verla con su guardapolvo blanco y la cartuchera que iba repleta y volvía con lo justo después de haber prestado algunos útiles me hizo sentir curiosidad por la docencia que luego se transformó en admiración por el trabajo social que implicaba enseñar. Si impartir conocimiento me parecía fascinante; ayudar, guiar a los padres, aconsejar y dar algo de comer lo sentí como sublime. Me impresionó desde siempre el respeto que tenía por sus alumnos y compañeras.
 Me enamoré de su trabajo, de las carpetas con planificaciones, el registro de asistencia y la planilla de notas para el boletín.

Papá tuvo su lugar como hidráulico en Siderca. Los turnos rotativos y el trabajo pesado lo dejaron afuera siendo muy joven; pero nunca dejó su profesión de albañil, orgulloso por construir su casa, esa que hoy espera sus manos porque solo le responde a él. Solo él la entiende y parece como si ella esperara sus órdenes para funcionar o colapsar.
Mi viejo y su vocación de hacer, de manejar herramientas, de arreglar todo, de armar y de comprar cosas en la ferretería con totalsatisfacción sigue grabado en mí. En casa siempre hubo pintura y barniz por las dudas. Si algo se rompía no se fijaba si tenía el utensilio que necesitaba; iba a comprar otro de lo mismo, “para tener”.

Cada uno llenó espacios de la casa y de mi niñez con lo suyo.
Cada uno me enseñó su oficio, y aunque no puedo decir que lo aprendí, sí puedo decir que me hicieron valorar el hecho de trabajar, de ganarme el pan, de dar lo mejor, de tener un lugar en el mundo y no solo adentro de casa.
Cada uno me mostró que tener otro círculo es sano para volver y hablar de cosas distintas cada día, para enriquecerme de otras historias y crecer más interiormente.
Cada uno me marcó con su personalidad, con su saber y su servicio.
Hoy puedo decirles a ellos que amo salir a trabajar y luché mucho para que mi trabajo no sea impuesto, desvalorizado o un esfuerzo.

¡¿Qué será de esos chicos que no ven salir a trabajar a sus padres, o que  cuando hay,  van de changa en changa sin sentido de pertenencia a un rubro, posición o empresa; sin sentido de equipo, sin ponerse la camiseta de “algo”, sin tener una responsabilidad por la cual levantarse cada día, sin poder llenar el casillero de profesión/ ocupación, sin sentirse útiles?!

Trabajar es necesario y es sano. Hacerlo con voluntad y amor, también.
Registremos qué ven nuestros hijos de nosotros, qué les contamos de nuestro quehacer, porque les estamos contagiando o no las ganas de crecer.

                                                                                        Lic. Ivana Rugini




viernes, 13 de septiembre de 2019

Encuentros



La corazonada estuvo, pero no imaginé a qué se refería ni de quién; así que me dejé llevar, sabiendo que algo maravilloso iba a estar ahí para nosotros.
Hicimos unos cincuenta kilómetros desde Chajarí a Federación con la excusa de conocer el Parque Acuático y después de recorrerlo y esperar que Brune se tirara de los toboganes unas cuantas veces continuamos la travesía hacia el Parque Termal.
No lo esperaba, ya estaba  sorprendida y feliz por lo vivido cuando buscando una mesa “reconozco” a alguien conocido.
Mejor dicho, conocida y querida. Tiré los bártulos y fui hacia ella (ellos, en realidad).

Nuevamente la vida me demuestra que nos hace pequeños regalos, instantes fascinantes que se pueden tomar o esquivar; que si estamos atentos, ella se encarga de poner en el lugar justo en el momento oportuno a quien corresponde.
La coincidencia, la sincronicidad, la suerte de que las cosas y las personas confluyan en un mismo momento y espacio sin arreglo previo habla de un orden superior.
A ese orden divino no se lo cuestiona ni analiza. Se da y se toma tal cual es: un regalo.
Escribo y cuento cómo la Casualidad fue causa de distintas variables que se dieron sin imaginarlas, sin buscarlas y hasta sin desearlas. Nos pasa a todos porque se le dice SUERTE a una ley que aún no comprendemos cómo funciona.

Deseo que la Suerte trabaje horas extras, que nos siga cruzando con gente bella en un lugar hermoso para que se generen más encuentros inolvidables.

                               
                                                             Lic. Ivana Rugini

viernes, 6 de septiembre de 2019

Animal de Poder




Alguna vez me explicaron que en el paradigma de los nativos, el concepto espiritual de ÁNGEL es reemplazado por el de  Espíritu Guía, que cada animal posee. La Pachamama mueve sus hilos enviando a sus criaturas más fieles y cercanas al hombre para que éste se encauce y logre cumplir la misión personal encomendada.

Así como creemos que algo o alguien viene a nuestro auxilio brindándonos un consejo, una corazonada o una oportunidad, los nativos consideraban que al presentarse un animal en nuestros sueños debía ser tomado como un rescate.
Si acaso estás vivenciando una situación en la cual un determinado animal llama tu atención, o sorpresivamente lo ves en todos lados, y llamativamente te hablan de él, es necesario que te tomes un tiempo para que analices el mensaje.
Cada criatura representa una virtud: belleza, ternura, valentía, independencia, liderazgo, astucia, confianza, adaptabilidad, renovación, etc.
Podemos estudiar qué animal simboliza aquella característica que estamos necesitando desarrollar en nosotros mismos; pero cuando lo soñamos el camino es clarificado.
Sugiero que descubras cuál es tu animal de poder, que te conectes con la naturaleza y sus criaturas, que te dejes guiar por aquel ser que tiene algo que enseñarte y cuya misión es contenerte, cuidarte y elevarte. Lo extraño es que los humanos creemos que es al revés.

                          

                                                          Lic. Ivana Rugini

Autovaloración


Autovaloración

¿Qué nos lleva a movernos, a mostrarnos, a ofrecer nuestro trabajo, nuestra amistad, nuestro consejo? ¿Qué es lo que hace que busquemos posibilidades y opciones; ya sea en cuanto a relaciones, vivienda, estudio y hasta en tratamientos médicos?

La autovaloración. Valorarse  es un concepto abstracto pero que se manifiesta claramente cuando no nos dejamos llevar por los “no sirvo”, “no puedo”, “no lo merezco”, “no me siento capaz”.
Por estos pensamientos andaba buceando cuando la sabiduría de la naturaleza se me presentó tan simple como implacable. Al observar el comportamiento de una pulga pude comprobar cuál es su mensaje medicina y tiene mucha relación con el valor y el amor propio.
Justamente lo que la hace tan difícil de erradicar (considerada plaga) es su mayor lección. Maneja las variables externas a su favor para su ciclo vital. En la fase de pupa puede permanecer el tiempo que considere a la espera de movimiento, vibración y calor propicio para salir de la cápsula.  Esta característica enseña a no exponerse cuando somos aprendices, a no provocar el accidente, a no tirarnos a la pileta sin ver si hay agua. Primero formarnos, capacitarnos, tantear el terreno o simplemente aprender a valorarnos para no tener que afrontar riesgos innecesarios.
La maestría de la pulga también se expresa en la tenacidad con la que encara la vida. Ante una sacudida del animal en el que habitan, puede caer pero apenas toca el suelo se impulsa nuevamente hacia el mismo lugar de donde fue expulsada. Me deja perpleja esta virtud porque cuántas veces nos hemos resignado o detenido a patalear por el portazo en la cara,  lo que no se da, o lo que no sale como planeamos y el tiempo se escurre. Mientras nosotros esperamos que se nos pase la frustración, o el trauma, la pulga  no se detiene. Retruca inmediatamente para sobrevivir.
Esto toca hasta las fibras a todos aquellos lentos en reaccionar o que esperan de otros para salir de un problema o que se encierran en la desazón.

La esencia de este bichito tiene más para dar. Se agarra a la vida, resiste hasta cuando ya está medio aplastado por los dedos humanos. Intenta por todos los medios zafar de su captor. Con lo que le queda sigue luchando. Aquí  va otro golpe bajo para quienes el desánimo y la resignación los sacó del juego sintiendo  que ya no hay nada más por hacer o para dar; se dejan morir en algún aspecto. Para ellos, la pulga sería un excelente animal de poder. Les recordaría que el derecho a vivir hay que ganárselo resistiendo, continuando, aguantando.

Las pulgas pueden dar saltos proporcionalmente superiores a su tamaño y en esto subyace otra enseñanza: Apuntar a más de lo que creemos que podemos.

Agradezco y pido perdón a la esencia de la pulga. Le hago la reverencia a esta maestra que ha tackleado mis creencias. Solo supo esperar, como suele hacer, que otra concepción de ella tuviera lugar en mí.
De parecerme insignificante, me resulta fascinante.
 Tomo su ejemplo para quererme y activarme más, mucho más, mucho mucho más.


                                                             Lic. Ivana Rugini

lunes, 26 de agosto de 2019

Los libros que me han marcado






Buscábamos un lugar tranquilo, donde el mar y su costa sean respetados y también donde los árboles sean venerados.
Pehuén Có se encendió en el mapa y al buscar el significado del nombre de esta bella localidad no hubo duda alguna de que era allí donde debíamos ir. Pehuén llamaban los mapuches a la araucaria y se entendió lícito extender el apelativo a los pinos, para los que no hay nombre en ese idioma. significa agua, por lo que con un poco de licencia resulta "pinos y agua” http://www.visitapehuenco.com.ar
Paseando por sus calles tranquilas, nos topamos con algunas rarezas que además de sorprender, invitan a reflexionar.
Después de ver una ferretería con forma de nave extraterrestre, una casa en forma de barco, una tercera me motivó a buscar el origen de su creación.
La casa molino es un edificio construido en forma de molino de viento por el escritor bahiense Rubén Benítez, en homenaje al libro Don Quijote de la Mancha. Es una casa privada ubicada en calle 9 de Julio entre Brown y Fitz Roy. http://www.visitapehuenco.com.ar

En mi mente empezaron a decantar escritores y obras que me han marcado,  que me han hecho crecer y hasta mejorar como persona. ¿Por quién comenzar a homenajear? ¿De qué manera?
Creo que estas humildes líneas son mi reconocimiento a los autores que vuelcan su saber, su pensar, sus dificultades y sus esperanzas; desplegando su interior con todo aquel que le abra la puerta.
Tengo que admitir que hice mi propia lista de escritores importantes pero he decido no mostrarla para que cada quien haga la suya sin mi influencia. Nuestro camino también es guiado por las palabras que leemos y los temas que investigamos.

Agradezco la belleza de la casa molino, a quien se inspiró para construirla y a quien escribió el libro que originó todo este movimiento. Definitivamente los libros tienen alas y son el ejemplo de libertad y respeto. Son sabiduría pura resumida en pocas páginas quedando a la expectativa de quien quiera iluminarse.


                                                                                           Lic. Ivana Rugini

viernes, 23 de agosto de 2019

Valorar el descanso




Hospital.
Acompañando a mi hermano operado de urgencia, sin tiempo suficiente para prever qué llevar, ni de cargar agua para varias horas, ni de pensar con quién más contar para el relevo, llega la noche y avanza. Me aceptan como mujer en la sala de hombres y comparto la inmensa habitación con cinco pacientes más y sus 5 acompañantes.
Intento ubicar toda mi humanidad en la silla que me toca pero… estar un rato así, está bien, pero toda la noche y no sé cuánto más del día siguiente, no entusiasma.
Los médicos se van retirando. La enfermera pasa silenciosa  por cada cama haciendo los últimos controles, apaga la luz y… cierra la puerta.  ¡APAGA LA LUZ Y CIERRA LA PUERTA!
No desespero porque enseguida pongo el foco en la luz de la cabecera sin detectar que ninguna otra persona la tenía encendida. ¡Claro! ¿Por qué iba a funcionar justo la que estaba arriba mío?
Durante el día, la poca comodidad de una silla pequeña de plástico es soportable por el propio movimiento  de la ronda de médicos, de los enfermeros que te invitan a ir al pasillo cada dos por tres, sumado a las visitas  que reciben los compañeros de cuarto y que los que vienen lúcidos de la calle vienen frescos y con ganas de hablar.
Pero de noche a oscuras y encerrada…

Estar atenta al dolor ajeno, al suero que fluya, a que no se le desenganche la vía sin querer o queriendo, insistir con que tome agua, ayudar a ir al baño e indicarle que baje el tono de voz cuando empieza a hablar solo, no es poca cosa.
Viendo seriamente que esa silla iba a ser mi duro y pequeño destino, conteniendo nervios y cansancio, me dispuse a resignarme a no estirar las piernas, a no apoyar la cabeza y taparme lo más que pudiera con la campera pero a pasar frío igual.

Entre sombras se me acerca un hombre que  me ofrece algo con el valor de un tesoro, de un premio o de un consuelo. No sé, pero entiendo que me invita a que lleve su reposera cerca de la cama de mi hermano para que no desfallezca en la primera noche.
Mi reacción no fue la esperada, creo. Me quedé entre sorprendida, agradecida y tiesa. Pero la acepté.
Pude estirar las piernas y apoyar la cabeza…   No encuentro palabras para describir la sensación de un poco de alivio entre tanto caos, y todo por ese préstamo.
Hoy, que todo eso ya pasó sigo impresionada por la generosidad de una persona que estaba ahí, a la fuerza como yo, viendo pasar las mejores horas de descanso sabiendo que al amanecer la vida arranca como todos los días, sin importar cómo pasaste la noche.
No tuve oportunidad de agradecerle. Antes de que me diera cuenta ya se había ido a continuar con su rutina, supongo. Ojeroso creo que también.

                                                                                        Lic. Ivana Rugini




miércoles, 21 de agosto de 2019

Un lugar propicio


El cuerpo es sabio, sabe lo que precisa;  es por ello que si nos detenemos a decodificar lo que intenta que interpretemos, podemos acceder a esa información.
Frenar un momento, respirar hondo y distinguir cuáles son las sensaciones, emociones y pensamientos es prioritario para prestarle la debida atención al aspecto físico, al emocional y al mental que nos compone.
Las Termas se encendieron como resultado de la búsqueda interior y a partir de allí Chajarí fue nuestra elección para las vacaciones de invierno.
Los beneficios del agua termal, por sus componentes y distintas temperaturas son ya conocidos para cuestiones cutáneas, musculares y de las vías respiratorias; pero el regalo de lo espontáneo, de lo que surge allí, es personal.
Buscando las piletas de las más altas temperaturas, quedamos mi hija y yo en un “útero” de 39 grados.  Madre e hija. Paz, Unión, Amor, Afinidad, Complicidad y  Protección.
Como si fuera la Gran Madre quien tomara mi cuello y me hiciera flotar sentí las manos y escuché la voz de Brune que empezó a cantar bajito la canción de cuna que yo le cantaba a ella cuando era una beba…
No sé cómo se llegó a eso. Sólo sé que no lo busqué, conscientemente.
No sé cómo a Brune se le ocurrió susurrar  esa canción, solo sé ahora que era lo que  yo necesitaba.

Dicen que cuando uno tiene que sanar emociones hay que recurrir al agua, al agua contenida que simule el vientre materno.
Dicen que cuando se sale de la rutina nos predisponemos a lo que de otra manera no hubiera tenido lugar.
Dicen que las termas depuran, que el agua simboliza nuestro mundo emocional representado en lágrimas, en la sangre y en los lazos; pero eso no está escrito en ningún folleto del lugar.

Hay mucho más atrás de un viaje.
A veces lo significativo es la anticipación, la planificación, lo sentido del destino. Hay viajes en que lo mágico está en las ganas de volver  a la rutina y otros en que el lugar es el ámbito propicio para un instante sanador que ha sabido ser oportuno.
                                                                                       Lic. Ivana Rugini







lunes, 12 de agosto de 2019

Todos los caminos conducen a… ¿dónde?




 Nos planteamos un domingo fuera del ruido para poder disfrutar de la naturaleza; así fue como llegamos  al Complejo Calfucurá, en Ezeiza; un predio inmenso, arbolado y hermosamente parquizado.
Tan esplendoroso verde era el del pasto que mi mirada no se movía de allí.  Estaba absorta con el verdor, el aroma y el sonido de las hojas moviéndose por la brisa, hasta que  un movimiento imperceptible, de repente, se hizo visible para mí.
Distintos surcos servían de pasarelas para que las hormigas circulen transportando sus provisiones. Desde arriba generaban un mapa calado en el suelo.
Bifurcaciones, desvíos y autopistas directas conducían a los orificios de acceso al Gran Hormiguero.
La esencia de la Hormiga como un ser poderoso y sabio se puso de manifiesto.
Representa el trabajo en masa, la fuerza de la organización y la importancia de cada eslabón para mantener La Gran Obra.
Impacta, porque como humanos, todavía no está establecido el orden del trabajo en equipo, la humildad y grandeza de saberse cada uno en su posición y dar lo mejor de sí porque sí.

 La comunidad de las hormigas necesita un líder que oriente y guíe. A veces ese puesto es de una hormiga reina, y otras, el lugar de autoridad lo componen varias que dan sentido al esfuerzo diario, impregnan un motivo, encarnando el papel de algo o alguien por quien responder.
 Nuevamente  “la Medicina de la Hormiga” nos sugiere que hagamos un paralelismo con nuestra sociedad; que revisemos hacia dónde vamos, cuánto ponemos de nosotros mismos en lo que nos toca, si cumplimos nuestro compromiso o esperamos que otros nos provean.
Muchas preguntas empezaron a desfilar en mi mente.
¿Cuántas personas no encuentran su rol en la sociedad?
¿Por qué cuestiones nos unimos? ¿Qué causas sociales convocan? ¿En qué aspectos somos masa?
La paciencia y la perseverancia de estas criaturas diminutas sobresalen aún más por lo que logran al juntarse.
Claro que no hay improvisaciones, todo está planificado a tal punto que el futuro está contemplado almacenando alimento con anticipación.
Ellas sí siguen caminos que las conducen a Roma y nosotros seguimos esperando el surco que nos lleve al Bien Común.


Lic. Ivana Rugini

viernes, 9 de agosto de 2019

Recorrido



Indudablemente la mediana edad tiene adosado el cuestionamiento: ¿qué hice hasta hoy, a qué le dediqué mi tiempo y hacia donde voy?
Para los beneficiados de haber podido estudiar e instalarse en una carrera profesional, la incógnita parece llegar igual.
Para quienes siempre estuvieron perdidos y se dejaron llevar por las aparentes oportunidades sin detenerse a pensar si era eso lo que los hacía felices, el mismo planteo se debe que afrontar.
La profesión y la vocación son zapateadas por una fuerza interior que no se contenta con lo alcanzado, sea mucho o poco. Algo nos obliga a preguntarnos en qué necesitamos invertir nuestro tiempo porque ya es hora de dejar huella en el mundo, de dedicarnos a lo que nos apasiona, de descubrir aquello a lo que no nos habíamos atrevido.
Invito a que cada uno analice su recorrido para aprovechar con celeridad todo lo que queda por vivir.
A modo de ejemplo, planteo el mío. Agradezco cada curso, cada diploma (lo haya colgado o no) porque todo corresponde a la valiosa formación; pero mucho conocimiento no estuvo contenido en ningún curso y no hay diploma alguno que lo valide. Eso también hay que tenerlo en cuenta.
La Licenciatura en Ciencias de la Educación me fascinó desde el principio y me formó para observar, analizar, poder y saber ayudar en las situaciones que considere pertinentes, académicas o no. No se cincunscribe a la escuela, no se agota en la educación. La especialización en Psicopedagogía me abrió la puerta a la Salud Mental.
Una pasantía en C.R.E.D.A. (Centro de Estimulación de APUBA) logró que afiance mi vocación hacia las patologías del neurodesarrollo y las cuestiones psiquiátricas.
La llamada para entrar a trabajar allí confirmó que el camino era el correcto.
Asistir a congresos, presentar trabajos, escuchar historias y estar con gente que sabe del tema y que tiene la generosidad de compartir su saber es parte del área laboral.

Seguir en vigencia  también es una decisión que hay que alimentar…
Tirar la toalla y empezar de cero es otra opción.
Darle una vuelta de tuerca a lo que uno hace pero quizás necesita un nuevo estilo
Tomarse un año sabático para reencontrarse (a veces la maternidad sirve para hacer un corte en lo laboral y replantearse la vuelta: Qué, cómo y dónde)

En mi caso, las terapias complementarias tuvieron su lugar inmediatamente después de recibida. En ese campo encontré la paz absoluta, el poder sentirme como pez en el agua.
Cada quien debe encontrar su mar. Como aquí lo expongo, tuve que recorrer varios océanos para sentirme en casa.
Los certificados y diplomas no dicen lo qué somos, ni cuánto sabemos ni  qué calidad humana hay en nuestro interior.
Los diplomas son una forma de demostrarnos que seguimos andando, con la humildad de continuar formándonos sin quedar atrapados en el arquetipo del eterno estudiante que siente que  aún no está preparado para afrontar el siguiente paso.
Aquí está parte de mi recorrido, pequeñas metas alcanzadas que, por supuesto, continuará…




  
                                  

                               





                   







                                                                                          Lic. Ivana Rugini