A este período se lo llama “los
días de Purificación”. La limpieza y desintoxicación se produce en todos los
aspectos (cuerpos) de la persona; por lo tanto es posible experimentar cambios a nivel físico,
emocional y mental.
El físico manifiesta cambios en la necesidad de ingerir alimentos
específicos que quizás antes no nos llamaban la atención. También, sin esfuerzo,
otro tipo de productos se apartan de la dieta diaria y el
consumo de agua se hace indispensable.
El descanso profundo, la vitalidad en aumento y la actividad onírica son
efectos clásicos de cómo el Reiki llega para quedarse.
En cuanto al campo emocional, pueden surgir recuerdos y vivencias que
hayan afectado de algún modo la salud integral. Esto puede desembocar en
llanto, en la necesidad de hablar del pasado, en intentar reparar relaciones o
situaciones; enfocando en la premisa de cerrar ciclos.
En el aspecto mental, se manifiesta la lucidez para registrar qué
pensamientos y creencias nos han influenciado negativamente y al observarlos
con la voluntad precisa de modificarlos; cambiar hábitos y mandatos se nos hace
más fácil pudiendo sostenerlo en el tiempo.
Reiki es una técnica sencilla y efectiva, cada vez con más adeptos que
comparten sus conocimientos.
La formación en Reiki consiste en tres niveles de formación y un cuarto
que permite ser Maestro de la técnica. En cada iniciación es requisito
completar la instancia con 21 días de purificación y de apropiación de lo
enseñado. Esta modalidad implica que la limpieza interior será cada vez más profunda.
Sabiendo que siempre tendremos algo que aprender, que superar, de
trascender; los niveles de Reiki nos ayudan a contar con herramientas propias
para avanzar de la mejor manera posible.
Ivana Rugini
Reiki Master