La mudanza de los Rugini
mayores se hizo inevitable. Creo que cada uno en su interior la venía
procesando hace mucho; y poniendo excusas también.
Me tocó recibir en Capital el
camión que venía cargado desde Zárate con “toda una vida”.
Ordenando las pertenencias de
mis padres, algo había entre ellas que me hizo dar un salto hacia atrás. Antes
de ver realmente de lo que se trataba, el miedo de encontrarme con “algo”
amenazador me invadió. Luego, al descubrir que era una langosta la que también
había sido desterrada sin querer comprendí que algo tenía para decirme.
La reina naturaleza enseña
que cuando una langosta o un saltamontes se nos aparece viene a confirmarnos
que estamos dando un “salto de fe”; que nos tiramos al vacío confiando que es
lo que debemos hacer, y que un borrón y cuenta nueva se produce en nuestras
vidas porque el terreno en donde nos posamos es desconocido.
Nuevas experiencias nos
esperan y mis padres con su edad avanzada siguen acompañando a su hijo a donde
sea necesario.
La langosta es portadora de
un mensaje esperanzador porque nos vaticina que podremos saltar obstáculos
mirando siempre hacia delante.
Así que en eso andamos,
tomando los desafíos de la vida de uno en uno pero juntos para aprovechar mejor
el impulso.
Lic.
Ivana Rugini