jueves, 26 de marzo de 2020

Ñandú


Ñandú

Entre Ríos. Su belleza, los paisajes cambiantes y los animales que habitan la zona resultaron ser una cátedra del despertar de consciencia en varias cuestiones de mi vida.
Yendo hacia Chajarí en plena ruta un ñandú se hizo presente a corrida limpia. Si había alambrado no llegué a distinguirlo, aunque quiero creer que sí.
Tenerlo tan cerca y tan inesperadamente, más curiosidad sembró en mí.
Veamos qué dice la Maestra Naturaleza y espero poder transmitirles la fascinación por este ave que no vuela: Desde el vamos es una contradicción andante.
Si nos topamos con un ser con estas características lo primero que debemos preguntarnos es: ¿qué aparentamos pero no somos?
Ufff!!! Acá tengo una disyuntiva: ¿Les cuento todas y cada una de las contradicciones que me enrostró o dejo que este interrogante  les cale hondo y ustedes mismos se analicen sin la influencia de mis embrollos?
Segunda opción.
Sí puedo informarles que como totem o animal de poder el choique (ñandú petiso del sur argentino), el ñandú (americano) y el avestruz (africano) son símbolo de la misma sabiduría.
Es un ave con tanto peso que está impedida de volar. Justamente esa es una de las lecciones que nos otorga. Pudiendo elevarnos, nos pide estar bien sostenidos y enraizados a la tierra que pisamos. Traer los pensamientos (aire/plumas) para manifestarlos en la vida cotidiana sin tanta vuelta.
Al poner los huevos más grandes que el resto de las aves, representa la abundancia, la riqueza y la fertilidad, lo cual te invita a pensar más allá de tus propios límites, a dejarte abrazar por la abundancia que este animal provee.
Al tener un cuello largo, puede ver el peligro con anticipación y no es verdad que esconde su cabeza, simplemente la baja para no ser tan visible.
Con este comportamiento lo que está enseñándonos es que veamos lo que viene pero sepamos que hay momentos para resguardarnos y no quedarnos erguidos como carne de cañón.
Seguramente, después de estos detalles lograron amar a esta criatura que está en vías de extinción.
Cuidar a los animales es nuestra misión. Tener la humildad de aprender de ellos, también.
                                                                                    Lic. Ivana Rugini



Cuarentena



Este tiempo de estar en casa sin las distracciones de salidas ni obligaciones de horarios se puede utilizar positivamente para muchas cosas.
Una de las posibilidades es curiosear en la biblioteca de casa. ¿Qué conocimientos hay guardados allí? ¿Sobre qué temas leyeron nuestros padres y quedaron ahí? ¿Cuáles son las temáticas favoritas nuestras y que heredarán nuestros niños?
Existe Internet, claro, pero leer algo que estuvo en casa por años y saber que también iluminó a nuestros ancestros, tiene un plus invaluable.
En mi caso, el nono y mamá eran quienes surtían el hogar con distintos autores y  diferentes temas.  No había un lugar determinado para los libros, porque biblioteca no teníamos, pero la cuestión es que los tomos de Geografía, Arte e Historia Universal andaban a sus anchas por toda la casa.
Hoy tengo en mis manos Corazón, de Edmundo De Amicis; Moby Dick, de Herman Melville y Robinson Crusoe, de Daniel Defoe y se los debo  a ellos.
Haciendo uso de lo que siempre estuvo en casa pero lo que faltaba era tiempo, hoy les hago los honores leyendo con Brune.

Como tarea para el hogar para quienes quieren limpiar, revisar y sentirse dueños de lo que hay en sus casas, sugiero ver qué libros pasaron de generación en generación alimentando la imaginación y el conocimiento de unos y otros.
Para quienes no han empezado aún a aprovisonar de libros su hogar, este puede ser un primer compromiso.

                                   
                                            Lic. Ivana Rugini