El Caribe entrerriano
Concepción del Uruguay, Entre Ríos. Ciudad bella de cuadras cortas,
veredas angostas y cordones altos.
Evelina y Hernán, nos propusieron comenzar a conocer Concepción subiendo
a un catamarán y cruzando hasta Cambacuá, convencidos y orgullosos de
mostrarnos el Caribe entrerriano.
Llegar a la isla y meternos en aguas templadas (y hasta diría calientes),
para mí fue la gloria.
Observar los inquietos cardúmenes de pequeños peces al lado de mis pies
surtió un efecto inesperado; me abrí inmediatamente a su sabiduría.
Toparse con un animal y verlo desde una perspectiva mística implica que te dejes embelesar por su
ser y su esencia.
El pez es asombroso de por sí; y el agua en el que vive, más.
Las enseñanzas de los peces como totem
son el crecimiento, el desarrollo, la creatividad, la transformación y
la abundancia.
Por pertenecer al elemento Agua, la clave para lograr aprender todas
estas lecciones está en el conocimiento y manejo de las emociones.
De todo, lo que más me llamaba la atención era la capacidad de esas
criaturitas de ir en masa, juntos,
viviendo y cuidándose.
Así es como habíamos llegado hasta ese lugar paradisíaco: en grupo, con
gente querida que se abría a compartir costumbres, experiencias y charlas
sanadoras. Nosotros estábamos formando
nuestro propio cardumen chapoteando en el agua, jugando y analizando entre
todos lo que pasaba en nuestro interior con conversaciones profundas y
transparentes mientras los Maestros en el tema esquivaban las manos de los
chicos que intentaban agarrarlos.