Conociendo Mendoza, la visita obligada fue el Parque
General San Martín y toda su gran magnitud que apabulla; pero ante el tamaño y la belleza de ese sitio,
mis ojos se posaron en la escultura de un Cóndor que da la bienvenida sobre el
portón de ingreso.
En
el mismo parque, entre fuentes y esculturas maravillosas, se encuentra el
homenaje al Ejército de los Andes, el Monumento del Cerro de la Gloria.
La obra tiene una base de piedra
cordillerana. La figura ecuestre de San Martín lo muestra pensativo, con los
brazos cruzados sobre el pecho y mirando al horizonte. A sus costados hay dos
grupos de los históricos Granaderos a caballo. Detrás hay tres frisos con
sucesos relacionados con la formación de aquel ejército. Hay imágenes de fray Luis
Beltrán; de mujeres donando joyas para aportar fondos a la campaña junto a
gente humilde dejando objetos y otra con lo que fue la partida hacia Chile.
Los frisos laterales tienen 15 metros de largo por
tres de alto y hasta un metro de profundidad. Además, están los escudos de los
tres países que liberó ese ejército. En la cumbre de la obra se ve una mujer
con cadenas rotas en sus manos, como símbolo de la libertad. Junto a ella
grupos de Granaderos en acción de ataque y un
cóndor con las alas desplegadas, símbolo de la cordillera. http://www.diasdehistoria.com.ar/content/la-historia-del-imponente-monumento-del-cerro-de-la-gloria
En mi mente resonaba la enseñanza espiritual del
cóndor y su relación intrínseca con la libertad.
Siendo el ave voladora más grande del mundo, invita a descubrir su
hermosura, ya que no la ostenta en su exterior. Es a través de sus acciones
como representa una gran obra de bien para el hombre y el ambiente.
Es carroñero y pese a tener una connotación negativa,
la mayor enseñanza nos la da por esa característica. No mata, come cadáveres
nutriéndose de lo que provocaría contaminación e infecciones.
Limpia el entorno, recicla volviendo útil y nutritivo
lo que aparentemente ya no lo es. Llevándolo
a la sociedad, toma un rol que muchos consideran de manera peyorativa pero que
al registrar en profundidad su labor, se puede considerar su importancia.
También, la visión del cóndor y su elevado vuelo
invitan a ver las situaciones que nos atascan desde arriba, teniendo un mayor y
mejor panorama acerca de donde venimos y hacia donde vamos. Necesitamos esa visión panorámica para no
ahogarnos en un vaso con agua y para no repetir errores!!!!
Cuánta sabiduría transmite el cóndor, a quien se
detiene a valorarla.
Con solo observar sus costumbres, remueve creencias
que nos obstaculizan, hábitos dañinos que no colaboran con la vida en comunidad
ni con nuestro despliegue.
La cuestión, es que la visita a ese Parque caló hondo
en mí porque al estar frente a ese imponente Monumento, pisando ese suelo,
viendo las cadenas rotas, me hizo comprender que hay cadenas internas que
ningún prócer ni héroe puede cortar por nosotros. Debemos preguntarnos qué hábitos
y comportamientos debemos quitarnos, en qué aspectos nos sentimos sometidos, qué
traumas nos atan al pasado, etc.
Mendoza, la cordillera y el cóndor enseñan la importancia de la libertad que ya
poseemos, que ya mismo podemos vivir y disfrutar en menor o mayor medida,
dependiendo de cuanto nos animemos a
trascender.
Lic. Ivana Rugini
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