martes, 22 de enero de 2019

Afirmaciones





Hace un tiempito  afloró la moda de plasmar frases inspiradoras en tazas, prendas de vestir y cuadros. Lo que me resulta interesante es que esas mismas  frases o palabras sueltas no son tan oídas en conversaciones en vivo y en directo.
Evidentemente  es más fácil que un vinilo pegado en la pared nos diga “hoy puede ser el mejor día de tu vida”, “No te rindas” en vez de que te lo diga tu pareja o una compañera de trabajo.
Es sorprendente cómo regalamos remeras, almohadones y bandejas con conceptos tan elevados como “Brilla”, “Ríe”, “Sueña” y después, a la misma persona nos dirijamos con palabras y tonos nefastos.
Rescato de positivo que todas estas frases motivadoras y enriquecedoras son un recordatorio de la densidad que va ganando lugar en  nuestra mente, al punto tal de que algo externo nos tenga que dar el permiso de: “Sé libre”, “Despliega tus dones”,“Crea”, etc.
Este trabajo con las afirmaciones es materia de la metafísica desde hace añares, dándole suma importancia al poder de la palabra.
La sugerencia para todo momento es observar cómo hablamos con otros, de otros y de nosotros mismos; con qué palabras y con qué tono de voz interactuamos.
Lo que repetimos, se graba a fuego en nuestra mente y todo nuestro comportamiento funciona ante ese mandato. Para la mente no hay metáfora, ni chiste; da la orden de actuar tal cual como se grabó el  mensaje. Por lo tanto, la consigna que le sigue a la primera, es empezar a hablar con palabras positivas y en tiempo presente.
Modificar el “soy un desastre”,  por “empiezo a ordenar”
“¡Qué torpe que soy!” por “tengo que ir más despacio para no tropezarme”
“A mi no me da la cabeza”, por “soy bueno en otra asignatura”.

Gracias a esta moda, podemos replantearnos cómo nos comunicamos y rescatarnos, pero sobretodo, darle otro ejemplo a  los niños que se estaban acostumbrando a escuchar a los adultos a hablar de un modo espantoso.
Entonces, las frases positivas, modernas o antiguas son igual de poderosas; las afirmaciones cambian la frecuencia vibratoria de nuestra mente. Repetidas como mantra o apoyando la cabeza en un almohadón con un símbolo impreso,  todo colabora para que salgamos del pozo.

Alguien dijo: “Estar inspirado es fantástico, pero inspirar a otros es una experiencia increíble”.  Encontré mi frase de cabecera.

Lic. Ivana Rugini

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