jueves, 26 de marzo de 2020

Cuarentena



Este tiempo de estar en casa sin las distracciones de salidas ni obligaciones de horarios se puede utilizar positivamente para muchas cosas.
Una de las posibilidades es curiosear en la biblioteca de casa. ¿Qué conocimientos hay guardados allí? ¿Sobre qué temas leyeron nuestros padres y quedaron ahí? ¿Cuáles son las temáticas favoritas nuestras y que heredarán nuestros niños?
Existe Internet, claro, pero leer algo que estuvo en casa por años y saber que también iluminó a nuestros ancestros, tiene un plus invaluable.
En mi caso, el nono y mamá eran quienes surtían el hogar con distintos autores y  diferentes temas.  No había un lugar determinado para los libros, porque biblioteca no teníamos, pero la cuestión es que los tomos de Geografía, Arte e Historia Universal andaban a sus anchas por toda la casa.
Hoy tengo en mis manos Corazón, de Edmundo De Amicis; Moby Dick, de Herman Melville y Robinson Crusoe, de Daniel Defoe y se los debo  a ellos.
Haciendo uso de lo que siempre estuvo en casa pero lo que faltaba era tiempo, hoy les hago los honores leyendo con Brune.

Como tarea para el hogar para quienes quieren limpiar, revisar y sentirse dueños de lo que hay en sus casas, sugiero ver qué libros pasaron de generación en generación alimentando la imaginación y el conocimiento de unos y otros.
Para quienes no han empezado aún a aprovisonar de libros su hogar, este puede ser un primer compromiso.

                                   
                                            Lic. Ivana Rugini

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