Desde que la famosa Pandemia
comenzó a expandirse, las miradas se posaron en los murciélagos como foco
infeccioso original.
Los invito a observar al
murciélago como la Madre Naturaleza lo hace, comprendiendo las particularidades
de sus creaciones con la esperanza de que llegue el día en el que el hombre las
valore, respete, comprenda y se hermane con ellas.
Dejemos de señalar, por un
momento, a este ser como el posible disparador del COVID 19 y admiremos la gran
enseñanza que ejemplifica este maestro; quizás el acusado lleve en sí mismo, no
en sus genes si no en sus lecciones, la cura para resurgir de esta pandemia
fortalecidos y mejorados desde el interior.
¿Cuál es su sabiduría?
Comencemos hablando de sus hábitos. Vive en colonias de varios integrantes, con
lo cual quiere mostrarnos que la tolerancia en la convivencia es clave. Si por
esas casualidades sentiste curiosidad o inquietud por este animal, las
relaciones afectivas son un punto a tratar porque te acerca el modelo de vivir
en grupo, en clan, compartiendo espacio con muchos otros y en paz. Gran
aprendizaje para tantos humanos que no incluyen, no integran, no soportan, no
se mezclan, no comparten, no disfrutan y no se brindan a sus semejantes.
El murciélago es un mamífero
que puede volar, por lo tanto, si maneja el elemento aire, su maestría son los
pensamientos, las ideas, las creencias y, por tal motivo, su poder es enfrentar
las suposiciones que llevan a vivir con miedo. Para quien toca fondo y siente
que ya es momento de romper con los bloqueos mentales, la sabiduría de este
pequeño animal se ofrece como es él, permaneciendo “invisible” o camuflado en
la oscuridad hasta que nos percatemos que él también tiene virtudes que
conceder.
El miedo a lo desconocido es
otro tipo de oscuridad paralizante; y es la esencia del murciélago que no se
deja amedrentar por la oscuridad, justamente por no ser la vista su sentido
prevaleciente, la que puede ayudarte a atravesar este tramo del camino.
El murciélago descansa de día
en cuevas, en troncos agujereados, en casas abandonadas y en los huecos de las
rocas; saliendo por alimento durante la noche. Metafóricamente atraviesa las
tinieblas con comodidad, simbolizando que no le teme a lo sombrío, a las
contracaras ni a lo turbio. Es por ello que este animal es el Totem perfecto de
quienes le temen a enfrentarse a su lado oculto; ya sea a su secreto, a su
resentimiento, a su verdadera vocación, a su búsqueda de venganza, a su pasión,
a su género, a su amor, a sus vicios o a sus reales intenciones. Esta criatura
no juzga, ningún animal lo hace; simplemente te ayuda a sentir, a localizar
(por manejarse por ecolocalización) qué es lo que está enfrente tuyo y te
resuena.
Otra característica singular
es que duerme cabeza para abajo, lo cual nos enseña que hay momentos y
situaciones en los que debemos posicionarnos de otra manera, ver desde otro
ángulo, plantearnos las cosas como si fueran al revés. Excelente dato para los
estructurados que no se permiten caminos ni visiones alternativos.
Su visión no es muy buena,
por lo tanto, recurre a su sentido más desarrollado, que es el oído; dando un
golpe bajo a aquellos que sobrevaloran la visión o el tacto, desprestigiando la
importancia de la audición para realmente escuchar
en profundidad al otro, pero por sobretodo, para registrar esas ondas casi
imperceptibles que vienen de nuestra voz interior.
Su aspecto suele causar
rechazo, temor o espanto pero no de sus congéneres sino del propio humano. Aquí
se da otra cuestión llamativa. El hombre lo considera repugnante y lo persigue
con el fin de aniquilarlo; igual que en el bullying se hostiga a otra persona
por equis razón; pasando por alto que la belleza y la inteligencia son
relativas. Lo que no es relativo es la importancia de cada ser en esta tierra.
Los murciélagos cumplen una
función para el ecosistema tan importante como la de cualquier otra criatura. Hay
1100 especies de murciélagos:
·
Los insectívoros
regulan la cantidad de insectos de una zona.
·
Los frugívoros se
alimentan de frutos diseminando las semillas en otros territorios.
·
Los nectarívoros
se empapan del polen de las flores, colaborando involuntariamente con la
necesaria polinización.
Todos los seres tenemos una
función. El murciélago tiene la suya y sin dudas, la cumple. Quizá entre su
maestría está la de convocarnos a que analicemos cual es la nuestra como
humanidad y como individualidad sin buscar la salida fácil de echar la culpa
afuera.
Lic. Ivana Rugini
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