Los preparativos de la boda
iban sobre ruedas hasta que nos topamos con el ítem: Luna de miel. Faltaba muy
poco para el Gran Día pero no se nos ocurría a dónde ir para conocer, disfrutar
y descansar.
Como primera medida
descartamos recorrer una ciudad superpoblada de gente, autos y monumentos. El
segundo paso fue decidir entre montaña o playa; y la balanza, sin dudar, se
inclinó para el lado de reposeras, palmeras y mar azul.
El sueño consistía en ir a un
lugar hermoso, tranquilo y desolado.
Habiendo aunado el criterio y las expectativas, lo dejamos en manos de la
agencia de viajes. Dijimos las tres palabras mágicas y entre las opciones que
nos dieron Porto de Galinhas, en Brasil, nos cerró en todo sentido.
Llegamos a Pernambuco, estado
del nordeste de Brasil, y en el aeropuerto de Recife nos esperaban para
trasladarnos a nuestro destino final a 64 kilómetros al sur
de allí.
Nos sorprendimos con un
pueblo decorado con gallinas esculpidas en troncos de palmeras dispersas por
las calles céntricas. Siempre bello y colorido, pero con la intención subyacente de que todos sepamos el origen de
ese lugar.
Cuando se abolió la
esclavitud, los negreros seguían traficando esclavos provenientes de África y
la contraseña era gritar en el puerto: “¡Llegaron las gallinas de Angola!”
Veamos qué representan las
gallinas para el Gran Libro de la Madre Naturaleza porque aunque nada es
casual, hay que comprender el mensaje…
La gallina tiene la misión de despertar la
consciencia de la energía de la voz, especialmente de la voz interna.
¡¿Qué paradoja simbolizar el
cacareo estrepitoso en personas ultrajadas, acalladas y desterradas para
someter de por vida a los caprichos de otro que se considera superior?!
El tiempo no se puede volver a
atrás, pero si se puede compensar hoy las atrocidades del pasado escuchando a
todos, respetando las distintas voces y pareceres, igualándonos como hermanos
dentro de esta gran familia humana. El concepto de la protección de la familia
y de la comunidad es parte de las lecciones que dan las gallinas. En nuestro
inconciente colectivo asociamos correctamente a la mamá gallina cuidando y
guiando a sus pollitos. Nos transmite con maestría el instinto maternal,
ayudándonos a priorizar la familia por sobre todas las cosas. (La familia micro
y la familia macro).
Estos seres también enseñan
que en cada amanecer hay una oportunidad para ser aprovechada con intensidad y
desplegar así talentos y aptitudes.
La gran sabiduría se
manifiesta nuevamente al mostrarnos con claridad cómo hay que despertarse: con
fuerza, con entusiasmo, con esperanza y con amor. Tal como este pueblo se erige. Tal como se forma una pareja.
Porto de Galinhas es un lugar
excepcional para ir de Luna de Miel reafirmando que una pareja está a la par
mientras las voces de cada uno sean escuchadas, respetadas y comprendidas.
Lic. Ivana Rugini
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