viernes, 13 de septiembre de 2019

Encuentros



La corazonada estuvo, pero no imaginé a qué se refería ni de quién; así que me dejé llevar, sabiendo que algo maravilloso iba a estar ahí para nosotros.
Hicimos unos cincuenta kilómetros desde Chajarí a Federación con la excusa de conocer el Parque Acuático y después de recorrerlo y esperar que Brune se tirara de los toboganes unas cuantas veces continuamos la travesía hacia el Parque Termal.
No lo esperaba, ya estaba  sorprendida y feliz por lo vivido cuando buscando una mesa “reconozco” a alguien conocido.
Mejor dicho, conocida y querida. Tiré los bártulos y fui hacia ella (ellos, en realidad).

Nuevamente la vida me demuestra que nos hace pequeños regalos, instantes fascinantes que se pueden tomar o esquivar; que si estamos atentos, ella se encarga de poner en el lugar justo en el momento oportuno a quien corresponde.
La coincidencia, la sincronicidad, la suerte de que las cosas y las personas confluyan en un mismo momento y espacio sin arreglo previo habla de un orden superior.
A ese orden divino no se lo cuestiona ni analiza. Se da y se toma tal cual es: un regalo.
Escribo y cuento cómo la Casualidad fue causa de distintas variables que se dieron sin imaginarlas, sin buscarlas y hasta sin desearlas. Nos pasa a todos porque se le dice SUERTE a una ley que aún no comprendemos cómo funciona.

Deseo que la Suerte trabaje horas extras, que nos siga cruzando con gente bella en un lugar hermoso para que se generen más encuentros inolvidables.

                               
                                                             Lic. Ivana Rugini

No hay comentarios:

Publicar un comentario