Me había tomado el gratificante trabajo de averiguar cuáles eran los
Parques Nacionales de la Argentina y El Palmar parecía el más cercano,
considerando que partíamos desde la Ciudad Autónoma de Bs. As.
En familia, con la beba y sumando su cochecito para disfrutar de la
aventura, emprendimos viaje.
Destacando que El Palmar es Parque y Reserva, invita a registrar su
flora pero también su fauna. Por ir con el carrito, que no era todo terreno, no
fue del todo sencillo hacer todos los recorridos que habíamos planeado, pero la
experiencia nos aguardaba un encuentro especial. Después de una larga caminata,
paramos a descansar y comer allí mismo dentro del Parque donde un lagarto de
tamaño importante recorría las mesas cual
mozo anfitrión. Bello, manso y
atractivo se acercaba a los comensales como si deseara ser admirado.
Estar tan cerca de esta criatura me hizo aprender que el lagarto overo
es de la misma familia que las Iguanas (que son de América del Norte y Central)
y para la madre naturaleza tienen la
misma sabiduría: invitan a trabajar en
nosotros la separación del ego y dejar ir lo que se pierde para poder
regenerarnos en una versión mejorada.
No es volviendo a tener lo que se tenía lo que nos hace crecer, no es
volviendo a ser lo que se era, lo que nos hace evolucionar.
A estos animales se los asocia con la energía positiva por estar bajo el
sol; contemplar y aceptar son sus enseñanzas.
Cuando entramos en contacto con estos seres, la sugerencia es que
encontremos la paz en nuestros quehaceres, que permitamos que el orden del todo
se manifieste comprendiendo que hay un ritmo superior al que le impregnamos
nosotros a la vida.
El disfrute de lo pequeño, de lo que siempre está ahí (simbolizado en el
sol) es su gran medicina.
Para aquellas personas que
suelen quejarse como mecanismo de defensa, que sienten que la alegría y las
ganas de vivir no son características en su haber, para quienes necesitan tener
una visión a ras del suelo y ver que estén donde estén puede darse lugar a la
paz, el lagarto o la iguana es un excelente animal de poder. Observemos cómo
toma sol para regular su temperatura y eso nos va a dar la clave de lo que
debemos hacer para autorregularnos. Tomar sol mejora nuestro sistema
inmunológico, mejora nuestro estado emocional, y por lo tanto, nuestra manera
de tomar la vida.
Si precisan un encuentro cercano
con un lagarto acérquense a este maravilloso Parque Nacional donde las Palmeras
hicieron que se pose la mirada allí por congregarse todas juntas llamativamente
en un mismo sitio, pero quizás el Orden esté dado en que lo grande preserva a
lo pequeño que anda por el suelo buscando el sol.
Lic.
Ivana Rugini
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