lunes, 31 de agosto de 2020

Rosas

 



Cuando tengas la oportunidad de viajar, por favor, pasá por Villa Las Rosas, Córdoba, Argentina.

Se dice que el famoso microclima no solo lo posee Merlo, en San Luis, sino también los pequeños pueblos cercanos a las Sierras de los Comechingones. Los Hornillos, Dique La Viña, Nono y  Las Rosas son lugares que tienen un clima especial que genera “algo” en sus habitantes y en quienes pasean por allí.

La vida me llevó a parar unos días en Villa Las Rosas. Todo  un pueblo  “decorado” por rosales de distintos colores; cada calle hasta la ruta inclusive, es embellecida  con aroma y color.

Sentarte en la plaza céntrica totalmente rodeada de rosas y custodiada por árboles frondosos y llamativamente anchos te habla de que la madre naturaleza junto a la mano y la consciencia del hombre son la combinación perfecta.

Los pilares construidos de cuarzo, aportan más magia aún y cuando el movimiento de la feria  da un respiro y podés sentarte un momento;  te recomiendo un ejercicio de visualización para realizar en ese entorno ideal.

Tranquilo y relajado, dejándote llevar por el encanto del paisaje, vas  a visualizar una rosa. Vas a detenerte en el color de la rosa que viene a tu encuentro, el tamaño de la flor y cuán abiertos están sus pétalos.

También vas a observar si en la imagen que recreaste, la rosa tiene tallo y fundamentalmente, espinas.

La flor abierta y exuberante representaría el despertar espiritual que estás experimentando; el tallo el enraizamiento necesario para vivir una vida plena a consciencia (el eje) y, las  mal llamadas espinas, nos llevan a analizar cómo y cuánto nos protegemos o si nos es más cómodo arrancar nuestras defensas para no herir prefiriendo quedar a merced de los otros, inermes.

Las rosas nos dan el ejemplo ideal de cómo brindarse al mundo con belleza y generosidad, pero cuidándose; ya que sus “aguijones” son su mecanismo de defensa contra animales herbívoros que quieren comerlas.

Toda una lección.

 

 

Lic. Ivana Rugini

 

 

 

 

miércoles, 8 de julio de 2020

Porto de Galinhas III El Caballito de mar.




Una excursión prometía llevarnos hasta la unión del mar con el río donde los manglares (árboles retorcidos) son el hábitat de los caballitos de mar.
Para mí es tan importante conocer el yacimiento de un cristal como el “yacimiento” de determinada especie de animal o de una planta. La idea es poder acercarnos con respeto al hogar de cada ser, presentarnos lo más silenciosamente posible para no perturbar, conocer su maestría, dejar que nos transforme su sabiduría y volver renovados y mejorados para actuar con los de nuestra especie.
Llegar hasta la unión del agua salada con la dulce es toda una experiencia para el que se atreva. Generalizando, lo dulce simboliza la alegría, la belleza y el regocijo; lo salado representa aquellas cuestiones que hay que trascender, aprender o superar. Estar en ese cruce, ayuda a corroborar que siempre hay que buscar el equilibrio y hasta el agua de toda Gaia lo logra en estos  puntos de  unión, que justamente por no ser ni tan dulce ni tan salado, gran cantidad de seres pueden desarrollarse y sumar su parte para el equilibrio integral.
El paseo no dura mucho, lo suficiente como para que te detengas a analizar qué se siente al estar entre los manglares. Los troncos finitos y oscuros se confunden con las raíces casi del mismo grosor y se van enmarañando tanto en la tierra como en el agua.
La pregunta que parece flotar en el aire es: ¿En qué cuestiones vivís enroscado, atado y anudado por tus propios pensamientos y sentimientos?
¿Cuáles son los nudos de tu vida?
Pero como “lo superior” siempre tira una soga para salir  del pozo (o del manglar), quizás  la Medicina del hipocampo sea lo que te rescate de tantos cabos sueltos o cabos enlazados (depende de cómo se lo mire).
La excursión comienza con un pequeño contingente que navega lentamente en una jangada y  el guía nos va llevando para  que disfrutemos de la frescura y el silencio de la zona. Luego busca el lugar propicio para bajar de la balsa con un recipiente de vidrio vacío y volver con un tesoro  en él que con mucho respeto y tiempo controlado devuelve al mismo lugar de donde lo raptó, ya que  si no lo hiciera, el hipocampo que queda estaría  desconcertado buscando a su pareja y no volvería a formar otra. Se dice también que al morir uno, el otro no lo resiste.
Comenzar una familia tomando a esta criaturita como modelo enseña mucho sobre el amor, la lealtad y la cercanía en la pareja.
- El caballito de mar tiene varias características que lo hacen peculiar, pero que el macho sea el fecundado y hasta parezca embarazado, ya que la hembra  le inserta los huevos en una cavidad y luego es él el que los expulsa, nos hace replantear seriamente cuánto el hombre puede implicarse compartiendo responsablemente el cuidado y crianza de los hijos.
Escribo las memorias de este viaje quince años después, y puedo constatar que Muro, mi marido, se dejó impregnar por la enseñanza del hipocampo porque siempre estuvo ahí, tomando su rol de padre con mucha presencia sin necesidad de que lo pidiera.
Sugiero a los hombres que temen formar una familia, que se tomen el tiempo de observar a este pececito como  totem, porque tiene mucho  para dar como ejemplo para llevar adelante un hogar. Es símbolo de la participación igualitaria en la crianza y educación de los hijos sabiendo tomar protagonismo como macho sin comportarse como machista.
- Aunque no lo parezca es un pez. Así que aquí se viene otra lección importante. Su sabiduría consiste en aceptar su “rareza” e induce a que cada uno de nosotros nos preguntemos qué somos aunque lo exterior no lo demuestre. ¿Cuántas veces creemos desentonar, sentimos que no encajamos aunque es ahí donde queremos estar?
¿Cuántas veces nos marginan, discriminamos a otros o nos boicoteamos a nosotros mismos por no sentirnos a la altura de los demás?
- Esta criaturita como animal de poder es maestro en aceptar sus diferencias viviendo según sus reglas y sobretodo sus tiempos en el mundo acuático que es donde pertenece.
Por lo tanto, reconocer de dónde venimos es la primera clave
Saber lo que nos conforma es la segunda.
No compararse con nadie es la tercera. Todo esto implica aceptarse.
- Su estructura corporal no está adaptada para otorgarle velocidad en sus movimientos, pero sí para avanzar lentamente y es ese otro mensaje para quienes lo observamos con admiración. Se mueve lenta, elegante y tranquilamente aprovechando el recorrido (o el proceso, como le decimos en terapia) y cuando percibe agitación en el agua recurre a su cola que se agarra fuertemente a lo que tenga cerca hasta que pase el peligro.
Este dato no es un mero detalle, es una gran advertencia hacia nosotros. Sugiere observar a qué o a quién nos aferramos cuando el entorno o nuestro propio interior está revuelto.
Si el hipocampo es tu animal de poder es importante que disciernas en vez de caer en lo de siempre, en lo que está a mano, en lo conocido, para dejarle aire al otro y  para registrar que lo que te sirvió en algún momento quizás ya no. De hecho, las malas lenguas dicen que el hipocampo también simboliza la resistencia al cambio.  Se dice esto porque es una criatura que no sufre modificaciones a lo largo de su desarrollo ni de su evolución como especie; por lo tanto si te sentís bajo las influencias de este espíritu guía podrías analizar con cuánta rigidez mental estás actuando.
- Hablemos de otra curiosidad. Sus ojos le brindan muy buena visión pero aquí viene lo extraño: se mueven independientemente, lo cual le brinda  una percepción de su entorno mucho mayor.
¿Qué nos quiere enseñar con este dato? Que continuamente necesitamos observar nuestro alrededor para clarificar en dónde estamos, con quién, qué se espera de nosotros, qué intereses tienen los demás, de qué nos protegemos en exceso y en qué aspectos precisamos armarnos más.
- Como corolario, podríamos decir que el caballito de mar representa el AMOR, el amor hacia sí mismo, hacia su pareja elegida y reelegida cada mañana en donde danzan para encontrarse, hacia su “cría” al incubarlos en su propio cuerpo y “darlos a luz”.
Si por alguna razón el amor en cualquiera de estas formas anda fallando en tu vida, podrías tomar lecciones con este humilde y pequeño Maestro cuyo espíritu guía siempre está cerca para rescatarte de las cavilaciones de la mente y los enredos del corazón.  
 
                                                                             Lic. Ivana Rugini






viernes, 26 de junio de 2020

Porto de Galinhas II La sabiduría de los arrecifes de coral.


  
Muchos pobladores viven  de la pesca y otros del turismo ofreciendo el traslado en “jangadas” (botes a vela)  hasta las piscinas naturales que  quedan al descubierto cuando la marea baja. La oportunidad no la podíamos dejar pasar y eso hicimos.
La pileta habilitada para turistas está circundada por una soga señalando dónde hay que pisar para no maltratar a ese ser vivo tan sólido y frágil a la vez que es el coral.
Fascinante. Parece piedra, parece inanimado, parece una estructura.
Como todo en la vida, el coral tiene una misión, un para qué, una función;
solo espera ser observado para mostrar con más profundidad lo que viene a enseñar. Cuanto más lo registramos, más nos transforma.
La Naturaleza es una fuerza que refleja en sus criaturas cada aspecto del humano; por lo tanto,  a los arrecifes de coral aunque siempre estuvieron allí, los vemos  cuando es momento de captar su mensaje:
Trabajar en nuestra estabilidad, sostén, adherirnos a un suelo, sentirnos parte de un lugar, apropiarnos de un sitio, de un rol, de una profesión, de vínculos, y de dones para poder finalmente desplegarnos con soltura y crecer.
Si cada uno de nosotros se desarrolla como el alma espera, permitimos que otros encuentren su lugar en el mundo, cerca o lejos, pero con  nuestro apoyo, tranquilidad, templanza, equilibrio y la palabra justa para que la  convivencia sea armoniosa.
A nivel individual, el mensaje del coral es que  revisemos y apuntalemos lo que nos estabiliza; desde nuestro sistema óseo hasta nuestros valores. Esto nos lleva a analizar aquellas situaciones que nos han hecho trastabillar y así hemos querido huir o hemos querido echar… El análisis es válido y la decisión también. El coral no nos obliga a morir en el mismo lugar; nos invita a nutrirnos de otros y a convidar lo que somos y tenemos.

Estar frente a un arrecife de coral es como si estuviéramos delante de la película de nuestra vida mostrándonos claramente nuestro pasado como individuo y humanidad. Nos lleva a observar y hacer el paralelismo sobre cuánto estamos adheridos al suelo, permitiéndonos cinturear los vaivenes de la vida; cuánto hemos crecido; para arriba o para los costados, a costa de qué o de quién; a quién alojamos y a quién desterramos; nos topa con la realidad si en nuestro despliegue llevamos belleza, armonía, diversidad, comunidad, generosidad o nos vamos secando y quebrando haciendo que nadie se nos acerque…

Muy a nuestro pesar, la experiencia  de hacer snorkel  viendo de cerca la danza de los peces multicolores dura poco; lo que el mar tarda en subir (unos 40 minutos aproximadamente). Cuando la marea sube y comienza a tapar las piscinas, todos los jangaderos invitan a los turistas a volver  a la costa y contratarlos para hacer el mismo recorrido pero de noche. Esa excursión quedó pendiente así que el arrecife de coral y sus inquilinos ya nos volverán a ver en otra oportunidad a la luz de la luna.        


  Lic. Ivana Rugini


 







jueves, 4 de junio de 2020

Porto de Galinhas I Nuestra luna de miel


Los preparativos de la boda iban sobre ruedas hasta que nos topamos con el ítem: Luna de miel. Faltaba muy poco para el Gran Día pero no se nos ocurría a dónde ir para conocer, disfrutar y descansar.
Como primera medida descartamos recorrer una ciudad superpoblada de gente, autos y monumentos. El segundo paso fue decidir entre montaña o playa; y la balanza, sin dudar, se inclinó para el lado de reposeras, palmeras y mar azul.
El sueño consistía en ir a un lugar hermoso, tranquilo y desolado. Habiendo aunado el criterio y las expectativas, lo dejamos en manos de la agencia de viajes. Dijimos las tres palabras mágicas y entre las opciones que nos dieron Porto de Galinhas, en Brasil, nos cerró en todo sentido.
Llegamos a Pernambuco, estado del nordeste de Brasil, y en el aeropuerto de Recife nos esperaban para trasladarnos a nuestro destino final a 64 kilómetros al sur de allí.
Nos sorprendimos con un pueblo decorado con gallinas esculpidas en troncos de palmeras dispersas por las calles céntricas. Siempre bello y colorido, pero con la intención  subyacente de que todos sepamos el origen de ese lugar.
Cuando se abolió la esclavitud, los negreros seguían traficando esclavos provenientes de África y la contraseña era gritar en el puerto: “¡Llegaron las gallinas de Angola!”
Veamos qué representan las gallinas para el Gran Libro de la Madre Naturaleza porque aunque nada es casual, hay que comprender el mensaje…
 La gallina tiene la misión de despertar la consciencia de la energía de la voz, especialmente de la voz interna.
¡¿Qué paradoja simbolizar el cacareo estrepitoso en personas ultrajadas, acalladas y desterradas para someter de por vida a los caprichos de otro que se considera superior?!
El tiempo no se puede volver a atrás, pero si se puede compensar hoy las atrocidades del pasado escuchando a todos, respetando las distintas voces y pareceres, igualándonos como hermanos dentro de esta gran familia humana. El concepto de la protección de la familia y de la comunidad es parte de las lecciones que dan las gallinas. En nuestro inconciente colectivo asociamos correctamente a la mamá gallina cuidando y guiando a sus pollitos. Nos transmite con maestría el instinto maternal, ayudándonos a priorizar la familia por sobre todas las cosas. (La familia micro y la familia macro).

Estos seres también enseñan que en cada amanecer hay una oportunidad para ser aprovechada con intensidad y desplegar así talentos y aptitudes.
La gran sabiduría se manifiesta nuevamente al mostrarnos con claridad cómo hay que despertarse: con fuerza, con entusiasmo, con esperanza y con amor. Tal como este pueblo se erige. Tal como se forma una pareja.

Porto de Galinhas es un lugar excepcional para ir de Luna de Miel reafirmando que una pareja está a la par mientras las voces de cada uno sean escuchadas, respetadas y comprendidas.

Lic. Ivana Rugini


viernes, 17 de abril de 2020

Pandemia



Pandemia

Barbijos, guantes, lavandina, alcohol en gel, aislamiento físico, cuarentena y pandemia empezaron a ser palabras comunes desde que el coronavirus empezó a tomar terreno.
La vida es muy diferente a la que teníamos pensada hace un mes atrás. “Algo” invisible nos detiene; el miedo a lo que vendrá avanza mientras todos estamos en casa con el gatillo fácil del alcohol diluido.
Como todo en la vida, podemos mirar lo que sucede desde la incertidumbre paralizante o desde la gran oportunidad que nos da este “enemigo” como lo llaman, de hacer bien las cosas puertas adentro.
Nos dicen que parte de la solución es la higiene. ¡Qué curioso! Debemos quedarnos en casa y ser muy cuidadosos con lo que tocamos. Se nos pide ser conscientes de nuestros movimientos; antes todo era en automático: nos tocábamos los ojos, la nariz y la boca sin darnos cuenta de las veces que lo hacíamos… como tantas otras cosas. Trabajar, asear la casa, comer, hacer las compras y hasta cuidar a nuestros hijos era digitado por un ordenador externo. No estaba la consciencia allí.
Se nos pide cambiarnos de ropa al llegar a casa y lavar todo lo que estuvo en contacto con el exterior. ¿Se dan cuenta? Es a menor escala lo que las terapias complementarias como el Reiki siempre han implementado. Dejar el calzado afuera para no contaminar el hogar con los asuntos de la calle, lavarse las manos con frecuencia para barrer todas las impurezas visibles y las que no los son pero que afectan más que las otras.

 Se nos permite salir a hacer compras con criterio y sentido común para exponernos y exponer al resto lo menos posible. Se nos limita el consumo a lo estrictamente necesario… quiere decir, que lo superficial se había pasado de la raya.
Se nos insta a andar con tapabocas, no por beneficio propio sino para cuidar a los otros por si estamos infectados sin saberlo. Leyendo entre líneas, nos “obligan” a cuidar a los demás, y mirando con lupa, se trata de cuidar lo que decimos y lo que hacemos. Quiere decir que hemos herido mucho con nuestras palabras, ya sea por el tono ofensivo, imperativo, por lo grosero o ignorante. Con nuestros actos también, por hacer mal, por no comprometernos, por no considerar o por omitir las buenas acciones que hayan frenado tanto descalabro…

Cada uno de nosotros ocupa el espacio limpiando a fondo con alcohol y lavandina. Llevado a otro plano, este virus nos dio la tregua temporal de poder pasar tiempo en casa con los nuestros o simplemente con nosotros mismos. El alcohol etérico debería ser  para nuestras emociones y pensamientos que nos acompañaron hasta el día de hoy limitándonos, descarrilándonos, deshumanizándonos.
Limpiamos superficies y limpiamos nuestro interior en ello. Al seleccionar ropa, utensilios y muebles estamos tomando conciencia de lo que queremos que forme parte de nuestro tan importante HOY; porque a partir de esta pandemia en donde el futuro es incierto, cada vez estamos más centrados en lo que podemos, queremos y tenemos hoy.
Estamos haciendo una selección profunda que nunca tuvimos tiempo de hacer y vivíamos entre recuerdos y sucesos que hasta ni siquiera eran nuestros; pero acumulábamos igual. Es como que a la fuerza, obligadamente, nos dan el ultimátum de aprender lo del Aquí y Ahora.

Limpiamos y limpiamos hasta por las dudas. La cuestión clave es echarle lavandina pura a los miedos.
Al ser invisible lo que nos acecha cada uno le pone una cara distinta según el fantasma que lo persiga. ¿Qué o quiénes son tus fantasmas? Porque a eso te está enfrentando esta cuarentena.
Si es la soledad, duele hasta que  te hacés amiga de ella  o, mejor dicho, de vos mismo.
Si es la enfermedad lo que te preocupa, el punto es que sepas que cada síntoma viene a enseñarte algo.
Si es el dolor; duele hasta que te des cuenta de que le diste permiso para que se instale.
Mientras tengamos hilo en el carretel hay que seguir, con alegría aunque estemos encerrados; porque si la cuarentena continúa es claramente porque nos falta evolucionar y nos extienden los plazos para poder hacerlo.
 Quizás creíamos que  15 días eran suficientes para castigarnos y vernos detrás de los barrotes de nuestras propias ventanas, preguntándonos qué hicimos para llegar a esta situación.
La medida es absolutamente comprensible desde la salud de estado, y metafóricamente es muy significativa.
Estar encerrados a pesar de estar cómodamente en nuestro hogar y con nuestros seres queridos, nos lleva a reflexionar:
¿De qué hábitos, pensamientos y emociones debemos limpiarnos?
¿De qué castigo autoimpuesto podemos liberarnos en este encierro?
¿De qué manera podemos dejar de sentirnos enclaustrados y comprender que lo importante es la salud y la familia?

¿Es un castigo o una oportunidad?
Yo ya saqué mi conclusión, falta que cada uno saque la suya.

Lic. Ivana Rugini

miércoles, 15 de abril de 2020

Murciélago




Desde que la famosa Pandemia comenzó a expandirse, las miradas se posaron en los murciélagos como foco infeccioso original.
Los invito a observar al murciélago como la Madre Naturaleza lo hace, comprendiendo las particularidades de sus creaciones con la esperanza de que llegue el día en el que el hombre las valore, respete, comprenda y se hermane con ellas.
Dejemos de señalar, por un momento, a este ser como el posible disparador del COVID 19 y admiremos la gran enseñanza que ejemplifica este maestro; quizás el acusado lleve en sí mismo, no en sus genes si no en sus lecciones, la cura para resurgir de esta pandemia fortalecidos y mejorados desde el interior.
¿Cuál es su sabiduría? Comencemos hablando de sus hábitos. Vive en colonias de varios integrantes, con lo cual quiere mostrarnos que la tolerancia en la convivencia es clave. Si por esas casualidades sentiste curiosidad o inquietud por este animal, las relaciones afectivas son un punto a tratar porque te acerca el modelo de vivir en grupo, en clan, compartiendo espacio con muchos otros y en paz. Gran aprendizaje para tantos humanos que no incluyen, no integran, no soportan, no se mezclan, no comparten, no disfrutan y no se brindan a sus semejantes.

El murciélago es un mamífero que puede volar, por lo tanto, si maneja el elemento aire, su maestría son los pensamientos, las ideas, las creencias y, por tal motivo, su poder es enfrentar las suposiciones que llevan a vivir con miedo. Para quien toca fondo y siente que ya es momento de romper con los  bloqueos mentales, la sabiduría de este pequeño animal se ofrece como es él, permaneciendo “invisible” o camuflado en la oscuridad hasta que nos percatemos que él también tiene virtudes que conceder.
El miedo a lo desconocido es otro tipo de oscuridad paralizante; y es la esencia del murciélago que no se deja amedrentar por la oscuridad, justamente por no ser la vista su sentido prevaleciente, la que puede ayudarte a atravesar este tramo del camino.

El murciélago descansa de día en cuevas, en troncos agujereados, en casas abandonadas y en los huecos de las rocas; saliendo por alimento durante la noche. Metafóricamente atraviesa las tinieblas con comodidad, simbolizando que no le teme a lo sombrío, a las contracaras ni a lo turbio. Es por ello que este animal es el Totem perfecto de quienes le temen a enfrentarse a su lado oculto; ya sea a su secreto, a su resentimiento, a su verdadera vocación, a su búsqueda de venganza, a su pasión, a su género, a su amor, a sus vicios o a sus reales intenciones. Esta criatura no juzga, ningún animal lo hace; simplemente te ayuda a sentir, a localizar (por manejarse por ecolocalización) qué es lo que está enfrente tuyo y te resuena.

Otra característica singular es que duerme cabeza para abajo, lo cual nos enseña que hay momentos y situaciones en los que debemos posicionarnos de otra manera, ver desde otro ángulo, plantearnos las cosas como si fueran al revés. Excelente dato para los estructurados que no se permiten caminos ni visiones alternativos.

Su visión no es muy buena, por lo tanto, recurre a su sentido más desarrollado, que es el oído; dando un golpe bajo a aquellos que sobrevaloran  la visión o el tacto, desprestigiando la importancia de la audición para realmente escuchar en profundidad al otro, pero por sobretodo, para registrar esas ondas casi imperceptibles que vienen de nuestra voz interior.

Su aspecto suele causar rechazo, temor o espanto pero no de sus congéneres sino del propio humano. Aquí se da otra cuestión llamativa. El hombre lo considera repugnante y lo persigue con el fin de aniquilarlo; igual que en el bullying se hostiga a otra persona por equis razón; pasando por alto que la belleza y la inteligencia son relativas. Lo que no es relativo es la importancia de cada ser en esta tierra.
Los murciélagos cumplen una función para el ecosistema tan importante como la de cualquier otra criatura. Hay 1100 especies de murciélagos:
·        Los insectívoros regulan la cantidad de insectos de una zona.
·        Los frugívoros se alimentan de frutos diseminando las semillas en otros territorios.
·        Los nectarívoros se empapan del polen de las flores, colaborando involuntariamente con la necesaria polinización.

Todos los seres tenemos una función. El murciélago tiene la suya y sin dudas, la cumple. Quizá entre su maestría está la de convocarnos a que analicemos cual es la nuestra como humanidad y como individualidad sin buscar la salida fácil de echar la culpa afuera.

Lic. Ivana Rugini












sábado, 11 de abril de 2020

El efecto terapéutico de la música.





La música genera una vibración que resuena en nuestro cuerpo modificando las frecuencias vibratorias de éste.
El principio de resonancia implica que una frecuencia  puede alcanzar y afectar a otra.
Fue Ernst Chladni quien en el siglo XVII logró el título de Padre de  la Acústica al comprobar que el sonido “mueve” la materia, para ello, colocó arena en un plato y pasó un arco de violín por el borde. Lo llamativo fue cómo la arena respondió moviéndose formando distintos diseños a modo de mandalas.


La vibración sonora crea un campo de energía que equilibra y sana.
Te doy este dato para que lo consideres como una herramienta de rescate para salir de los distintos  pozos en los que solemos caer a lo largo de la vida.
Depende de cómo te sientas o en qué zona de tu cuerpo percibas el bloqueo, podés recurrir a un tipo de música en especial.
Si necesitás conectarte con la realidad, con la vida y con tu historia, la percusión, los tambores nativos y  ritmos afrobrasileños activan, y revitalizan, por lo tanto, diríamos que trabajan sobre el chakra base.
El chakra sexual se siente movilizado con la música árabe y la sensualidad de los movimientos ondulantes de su danza que abarcan también al plexo solar.  
Cuando es la angustia, el perdón  o la culpa lo que hay que canalizar es la música clásica la que abrirá el cuarto chakra. Los instrumentos de cuerda fortalecerán el corazón y los de viento impactarán en los pulmones.
El chakra laríngeo pide escuchar la obra armoniosa de una orquesta sinfónica  para encauzar la expresión del caudal de sensaciones y emociones contenidas.
Los cantos gregorianos y la música religiosa en sí, más allá del credo que profesemos, elevan nuestro estado de consciencia y amplían nuestra conexión con la Gran Fuente.

Te invito a que te dejes envolver por la vibración de la música y que vos la sorprendas a ella permitiéndote escuchar géneros a los que hasta ahora no te abrías. Descubrite percatándote en qué órgano resuena cada instrumento y sintiendo la limpieza interior que inspira la música en vivo.

Lic. Ivana Rugini