lunes, 15 de mayo de 2017

Lugares sagrados



Siempre me sentí atraída por conocer lugares y he pasado mucho tiempo recolectando información de varios sitios. Lo que busco no es lo meramente turístico, no lo que hay para conocer, sino aquel sitio, lugar o cosa que sea respetada por los ancestros de esa región ya sea montaña, cruce de ríos, gruta, cascada, escultura o animal autóctono.
Hasta que en Las Leñas, Mendoza, Argentina, camino a Valle Hermoso sin haber averiguado nada, quedé fundida en el tiempo sin tiempo ante una dolina, un círculo de agua que es más que un charco, en plena cordillera de suelo árido y clima seco en donde se dice que los sacerdotes iban a recibir la información que precisaban. Lugar de canalización y meditación.

Algo indescriptible a la vista hace que ese sea un lugar sagrado;  orquídeas andinas, que son muy escasas reafirman el rótulo. Por si fuera poco, llegamos a un sitio con pictogramas en donde la unión transgeneracional e intercultural se dio para mí, en mí. Cumplo con aquellos escribas dando a conocer la existencia  de esas piedras marcadas a la intemperie.
Algo se modificó en mi interior, no sé qué ni cuánto pero sentí  una sensibilidad especial por la tierra, no sé si con  el resto ocurrió lo mismo.
En algún momento creí que al pisar suelo sagrado “algo” pasaba en la persona y que la transmutación se daba per se.
Ahora entiendo que no es así. Que por más que uno viaje a los lugares más espirituales y se bañe en el mismísimo Ganges, la transformación interna no te toca como efecto de una magia de la tierra, sino que la energía de la tierra resuena con el movimiento interno para acelerar un proceso siempre y cuando ya haya comenzado la movilización.
Es más, comprendí que cuando esa movilización ya comenzó, el cuestionamiento personal ya se dio y las preguntas de todo tipo empiezan a  caer:¿ Para qué vivo?
¿Qué necesito aprender para realizar mi propósito en esta vida?
¿Cuál es mi servicio?
¿Cuáles son mis talentos?
¿Cómo soy?
¿Qué actitud me define?
¿Cómo encaro las obligaciones?
¿A quién amo? ¿Cómo lo manifiesto?
 ¿Con qué creencias educo a mis hijos? Etc.

La transmutación se despliega en cada uno sin necesidad de trasladarse físicamente. Con el cruzarse de vereda y ver desde enfrente es suficiente.
Cruzarse de vereda es correrse de la visión de que la vida es una  rueda en donde se repiten los sucesos, los sufrimientos, en donde los traumas, los complejos, las fobias, los resentimientos y la sensación de culpa atan, anclan y llevan a hacer y pensar lo mismo día a día.
Si uno llega a ver eso, entonces la vereda de enfrente se convierte en un lugar sagrado para nosotros  porque nos ayudó a  despertar, a quitarnos el velo, a abrirnos la concepción de la vida como un camino espiritual en donde cada peldaño implica superación del estado evolutivo anterior.
Los invito a cruzar de vereda, el charco o el océano. El punto está en lo permeables que estemos para que el cambio interno se de.


                                                                                                                  Ivana Rugini

Lo que el robo se llevó


Lo que el robo se llevó

Me robaron. A mano armada, estando yo en compañía de mi hija y una amiguita que es como una hija más. Se llevaron muchas cosas importantes; la tranquilidad, es la que más extraño.
Intento salir del drama y ver lo positivo, esforzándome bastante.
 Ese ladrón se llevó la sensación de que uno tiene tiempo de sobra, para amar, para estar, para trabajar y para disfrutar…
Se llevó la vaga idea de  autoimportancia, porque en esos momentos necesitás que te digan y te demuestren tus seres cercanos lo valiosa que es tu vida para el resto.
Se llevó el Documento Nacional de Identidad, para mostrarme que un número no me hace persona, lo importante es quién soy y qué hago con mi vida.
Se llevó los caprichos de dos nenas que se vieron forzadas a vivir el desapego de lo material y a valorar los vínculos, el amor que dan y que reciben, más que cualquier otra cosa…
Se llevó el auto y su comodidad para mostrarme que me valgo de dos piernas sanas para redoblar esfuerzos y así poder  llegar a donde quiero…
Se llevó el teléfono celular para desconectarme del afuera y estar sin distracciones para dedicarme a los “contactos” que están dentro de mi vida…
Se llevó la vida planificada para vivir con intensidad el momento…
Se llevó la idea de no contestar el teléfono porque nadie me necesita…
Se llevó el dinero que con mi trabajo gano, para que tome consciencia del privilegio  que tengo de trabajar de lo que elijo. Sin esfuerzo, sin desgaste; siendo y haciendo una misma cosa.
En definitiva, se llevó la persona que era pero me dejó las bases de la nueva, definitivamente mejor plantada.

La experiencia fue un horror, pero con el correr del tiempo, todo decanta y lo bueno emerge.

         

                                                                                                                    Ivana Rugini

lunes, 17 de abril de 2017

Mi talón de Aquiles

Cada uno tiene su “talón de Aquiles”. Si bien Aquiles fue un ser que para la mitología griega era considerado invencible,  tenía una debilidad que justamente era su talón y fue derribado por una flecha en ese punto.
Ser sensible a las cuestiones del mundo, a los vaivenes de la vida en donde  te encontrás con pobreza, abandono, inclemencias climáticas, guerras, entre otros tantos dolores, quiero creer que a todos nos toca, nos duele; pero  uno tiene que conocer qué le duele más para trabajar en consecuencia y dejar su huella en ese aspecto; porque incluso el dolor puede desglosarse, justamente, para poder hacer algo.
Ya hace tiempo largo que entendí que mi talón de Aquiles es la discapacidad mental. Eso me duele, me preocupa y ocupa. No por minimizar otros dolores, sino porque este, mire donde mire, está muy cerca mío. Espera algo de mí.
Observo lo que solemos englobar en “la locura”, en cómo se agrava el cuadro hasta tomar todas las áreas de una persona y a todos los integrantes de su familia. Nadie escapa a los coletazos de la enfermedad.
Otra vez me toca ir al Hospital  Borda, otra vez…
Ya había ido muchas veces pero se ve que la vida me quiso despertar a la realidad que no veía desde hacía 22 años. En el transcurso de ese tiempo fui varias veces, pero en automático, viendo pero sin mirar …
Otra vez me topé con hombres que antes eran caratulados de locos, violentos, agresivos, irresponsables, perezosos y manipuladores. Al verlos,  con fármacos encima, lo primero que se me vino fue la palabra zombi,  son vivos pero sin vida. No es crítica, no; es reflexión.
Haber visto  a madres grandes acarreando a sus hijos, también grandes, todos mirando hacia el piso como si no hubiera meta a donde llegar duele pero pude registrar cómo se contagia la desubicación, la desorientación; hasta el mejor plantado puede marearse y no saber qué hacer, ni cómo ni cuándo.
Repiquetean en mi mente las palabras que me enseñaron y  brego por aprender: el por qué victimiza, el para qué lleva a la comprensión de la situación.
¿Para qué estoy esta mañana de un martes 11 de abril  en el hall central de este Hospital siendo blanco de pedidos insistentes de coca, cigarrillos y plata para un café?¿ Qué tengo que ver y no llego a hacerlo?
El personal va llegando y se mezcla con los pacientes que pululan por el lugar. Hacen la vista gorda, como si no se sorprendieran de los gritos de uno, de los pantalones caídos de otro, de los tics, de la mirada vacía y de la manera de fumar…Yo sí me sorprendo, me había desacostumbrado.
A mis 18 años frecuenté mucho este Hospital,  era tan jovencita… Vuelvo ahora con casi 40 y me impacta verme grande entre grandes solo físicamente, cronológicamente.

Agradezco infinitamente  a la  gente que estudia y se prepara para trabajar con esta difícil problemática que representa la Sombra de todos los demás que nos movemos fuera de estos pabellones,  ignorándolos.
Agradezco profundamente que hayan estado allí para cobijar a mi hermano, a mi familia y a mí y rescato el recuerdo de una frase sabia que me dio nuevo horizonte cuando por acompañar a un familiar estaba dejando de hacer mi vida: El hermano mellizo de un interno me dijo “ Sos la hermana, tenés que vivir por vos y por lo que él no puede. No te quedes acá porque te volvés uno más”
Así que con doble responsabilidad vivo, valorando mi desarrollo personal, no para que quede en mí, sino para llevar la experiencia que construyo a los que no pueden, sea mi hermano o el que fuera. 

Ya comprendí para qué estoy aquí, para qué la vida me vuelve a traer al Hospital Borda. Gracias Fabi.

                                                                                                                                                                                          Ivana Rugini



jueves, 13 de abril de 2017

El árbol abuelo


Cuidar, valorar y amar a las plantas, sí. Admirar su belleza, también; pero lo que se despertó en mí  al estar frente al Algarrobo abuelo fue más profundo.
Añejo, curtido y gigante, como un pulpo que con sus tentáculos simboliza todo lo que puede crecer, hacer, a todo lo que puede acceder y acaparar.
La enseñanza ancestral comenta que el árbol más ancho del bosque es el ABUELO, el más sabio, el que orienta y guía…
Eso sentí al estar frente al Algarrobo abuelo, Merlo, San Luis (Argentina). Con más de 800 años, se lo venera, se lo admira y respeta y si te quedás sentado bajo su sombra fría y húmeda es como si te envolviera en su gran enseñanza de conectarte con la tierra, con tus antepasados y vibrar en UNIDAD. Así permanecí unos largos instantes hasta que otra reflexión  vino a mi encuentro: este gran árbol no resalta por su belleza, son sus tantísimos años los que se la dan. Esto mismo hace bellos a nuestros abuelos, no su apariencia, sino la hermosura subjetiva que vemos al estar delante de un anciano amado.
Es difícil amar a un viejo si solo se ve a un viejo. El amor brota sin esfuerzo cuando se valora quién es por lo que fue…

                                                                                                                  Ivana Rugini


LA BENDICIÓN DE UN ANCIANO

 

Bendito seas,

si comprendes que mis manos tiemblan

y que mis pies se han vuelto lentos.

Bendito seas,

si recuerdas que mis oídos

ya no oyen tan bien

y que ya no lo oigo todo.

Bendito seas,

si sabes que mis ojos ya no ven bien

Si no te enfadas

porque dejé caer la taza más bonita

o porque cuento lo mismo por enésima vez.

Bendito seas,

si me tratas con ternura,

si comprendes mis lágrimas silenciosas

y me haces sentir que soy amado.

Bendito seas,

si te quedas un rato más conmigo

cuando oscurece por todas partes

y si tomas si mano un momento

cuando deba entrar solo en la noche,

la noche de la muerte.

Bendito seas.

 Yo encenderé las estrellas

cuando esté en el cielo.

Autor: Desconocido

 

 



lunes, 29 de febrero de 2016

Peregrinación

Se dice que un obstáculo en nuestro camino es una oportunidad escondida. Cuando el problema persiste o esa “oportunidad” no sabemos decodificarla, podemos recurrir al peregrinaje.
“Se conoce bajo el término peregrinación a aquellos recorridos y viajes que realiza una persona desde un punto cualquiera hacia un santuario o templo en honor a la religión que profesa y a los dioses que sigue. El peregrinaje o peregrinación es una muestra más del sacrificio que realiza el creyente en honor a sus dioses ya que por lo general los recorridos a seguir suelen ser largos y presentar dificultades en el camino. De tal modo, el mismo puede volverse un modo de demostrar devoción hacia el Dios del que se trate. En muchos casos, el peregrinaje mismo es considerado el ejercicio de conexión con la deidad ya que en él el creyente se encuentra a sí mismo reflexionando sobre su Dios”. (el subrayado es mío)




Más allá de la religión que se profese, peregrinar, visto desde una perspectiva amplia, es pedir claridad de pensamiento y acción porque lo realizado hasta el momento es rodear el problema sin hallar la salida.

Peregrinar es la manera de acercarnos a Dios,  es el acto de mirar al cielo porque de mirar al suelo ya estamos cansados, es pedir solución, cambio de rumbo y apoyo para  lograrlo y sostenerlo.
Escalar un cerro o montaña con la intención de ofrecerle  a Dios nuestro esfuerzo, nos une más a lo Superior y genera un estado de apertura para que la COMPRENSION llegue.

Las montañas, compuestas de cristales sedimentados por millares de años,  enseñan temple, paciencia, sabiduría, e ir al unísono con el fluir de la vida. Son el ejemplo al dejarse horadar por el viento y el agua; esto nos muestra que  tenemos que dejarnos llevar por las enseñanzas de la vida, que lo que nos ocurre, a pesar de que sean situaciones dolorosas, nos modifica.
Observemos una montaña erosionada: desde la metafísica  y el chamanismo el viento representa a los pensamientos y el agua simboliza  nuestras emociones, por lo tanto, nos vamos modificando de acuerdo cambian nuestras emociones y pensamientos.

Vivimos en una sociedad donde se le escapa al esfuerzo, así que hoy honro otra manera de considerarlo…


Lic. Ivana Rugini
Terapeuta holística


¿Qué se festeja en Navidad?

La navidad es un momento en el año en el que se conmemora la llegada de un ser que vino a DAR enseñanza, ejemplo y sobretodo, esperanza.
Hoy algunos lo consideramos MAESTRO, pero aunque haya quienes no crean en Él, con el solo hecho de dar algo de sí mismos, ya se está inmerso en el Espíritu  de la Navidad.
Registremos cómo nos van invadiendo, días antes del esperado  25 de diciembre, unas ganas imperiosas de hacer balance del año, recapacitar, perdonar, unir, invitar, valorar, regalar… Es en el obsequio,  en el “presente”, que uno quiere plasmar todo eso que siente y agradece. La Navidad nos ofrece una fecha para poder enfocarnos en ser mejores personas, para sanar aquello que nos envenenó, para regalar por el simple objetivo de estar “presentes” y honrar a los que están “presentes”,  para aprender de los errores y renacer (natividad) a lo bello con un nuevo pacto de querer aprovechar las oportunidades de la vida.


La gratitud es primordial. Agradece aquella  persona que disfruta de la vida y que se deja sorprender por lo espontáneo, por la belleza efímera y pasajera de las pequeñas cosas, que son los regalos que nos da la vida misma.


Lic. Ivana Rugini
Terapeuta holística.

Reiki y Personas Mayores

Reiki es una técnica suave, no invasiva y relajante; por dichas características, es ideal para tratar a personas mayores.
En la entrevista inicial, con mucho tiempo destinado para la conversación, se abre el espacio  para la introspección por parte del paciente y se sella el compromiso de que escucharé con respeto y sin juzgamiento para que el paciente comience a hacer un pantallazo de su vida. Es importante considerar los dolores del cuerpo y del alma que son parte de la persona, y que la han acompañado por largos años…
Una sesión consiste en escuchar, preguntar y repreguntar para facilitar el cuestionamiento del  propio paciente sobre su modo de pensar,  de actuar, sobre sus creencias y mandatos familiares. Luego se trabaja en la camilla con técnicas de meditación, más la imposición de manos para equilibrar los centros energéticos del cuerpo.
Gran fue mi sorpresa tras años de atender a personas de todas las edades, cuando en el  año 2011 recibí la llamada de una Sra. que me contactaba para formar parte de los servicios brindados por PAMI en un Centro de Jubilados. Así es como me enteré que Reiki puede ofrecerse en todos aquellos Centros de Jubilados que les interese contar con esta terapia, ya que está incluído en el nomenclador como Actividades de Autocuidado.
Entendiendo la situación de la mayoría de nuestros jubilados, que puedan formar parte de un “Club”, como lo llaman,  donde se fomente la comunicación, la red social, el interés mutuo, y con la misma importancia, actividades de desarrollo personal como Yoga, Reiki y Shiatsu.

Comento mi experiencia como aporte para acercar aún más la terapia a la cual me dedico y que tiene efectos positivos en todos aquellos que apuesten por el “autocuidado".

Lic. Ivana Rugini
Reiki Master